Buscan al autor de la muerte de varios gatos que atrapaba con pegamento

Los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil han abierto una investigación para esclarecer un caso de maltrato animal en el pueblo de Garrucha, donde, según ha denunciado la Asociación Animalista ELEOS, varios gatos callejeros han aparecido muertos o heridos de gravedad tras quedar atrapados en una serie de trampas hechas con pegamento y cepos, cuya autoría continúa por el momento siendo un misterio.

La investigación arrancó a raíz de una denuncia presentada el pasado 10 de enero por esta asociación animalista, que colabora con varios ayuntamientos del Levante en la esterilización de las colonias de gatos de la zona y cuyos miembros fueron los primeros en encontrarse los cadáveres de varios gatos asesinados el pasado 31 de enero.

Despellejados vivos

Según explicó María Presa, presidenta de esta organización animalista, a finales del mes de enero y tras recibir un aviso de los vecinos, los voluntarios de la asociación encontraron cuatro gatos muertos en un contenedor de la calle Pescador, en el municipio de Garrucha.

Los animales tenían zonas del cuerpo despellejadas y restos de pegamento, por lo que dedujeron que se habían hecho las heridas al intentar desesperadamente escapar de una trampa hecha con esta sustancia adhesiva.

Asimismo, tras observar la zona durante varios días, descubrieron gatos vivos con el mismo tipo de heridas y en un estado de salud crítico, a los que llevaron a una clínica veterinaria de Huércal-Overa para que fueran atendidos, aunque, debido a la gravedad de sus heridas, solo se pudo salvar uno de ellos. “Uno de los gatos se había clavado sus propias uñas en la pata en un intento desesperado por liberarse”, explicó la presidenta de ELEOS. 

Asimismo, en los días posteriores, los miembros de la asociación también constataron que había alrededor de una docena de gatos en el vecindario que cojeaban de las patas traseras a causa de heridas que, según explicaron los agentes de SEPRONA que atendieron a la denuncia, podrían estar causadas por cepos. Además de esto, también han encontrado evidencias de gatos envenenados, algo que ya es “casi una costumbre” en muchos pueblos de la comarca, según denuncia María Presa.

En cuanto a las trampas y los cepos, aunque “se ha hecho una batida por la zona”, la asociación no ha logrado dar con ellos, por lo que se piensa que debieron ser colocados “en el interior de la parcela de algún vecino”, añade.

Sospechoso

Según afirma María, varios inquilinos del barrio han señalado a un vecino en concreto como el posible autor de estos macabros actos, aunque no están dispuestos a denunciar y “al no haber pruebas” de ellos, no se le puede acusar.

“Esto es un pueblo, aquí todo el mundo se conoce pero nadie dice nada, porque las relaciones personales son muy fuertes”, explica la presidenta del grupo animalista en referencia al comportamiento de los vecinos. “Sin pruebas no podemos aucsar a nadie, así que esperemos que la repercusión mediática le haga reflexionar y que entienda que esto es un delito muy grave y que además no es nada ético”, remacha María.