La Voz de Almería
07:00 • 09 nov. 2011
La guerra comercial no cesa ni un momento y en esta cuestión las grandes empresas de la distribución tienen un gran poder, capaz de desestabilizar el mercado y el funcionamiento de la cadena comercial. En esta misma semana, según la patronal Asaja, hay hortalizas sobre las que recaen ofertas y promociones que situarían su precio de venta por debajo de los actuales precios en origen, esto es, se estarían vendiendo “a pérdidas”.
“Esto se estaría produciendo con el calabacín en algunas grandes superficies comerciales como Alcampo o Lidl que tienen en estos momentos ofertas sobre este producto situando su precio en 0,48 y 0,49 euros/kg respectivamente”, añade la organización agraria. Se trata de unas “rebajas” del 48% y del 37% en los precios cuando en origen este producto lleva un par de semanas cotizando por encima de los 0,65 euros/kg, lo que significa que estas cadenas podrían estar adquiriendo este producto a un precio que rondaría el euro/kg (añadido costes de manipulado, transporte…) según estimaciones de Asaja, por lo que estos días estos grupos están vendiendo el producto por debajo de los precios que tiene en origen.
Este tipo de maniobras comerciales contribuyen además a que otras cadenas sigan esta tendencia para buscar su propio hueco en esta guerra de precios. El peligro, en opinión de Asaja-Almería estaría en que posteriormente, estas mismas cadenas comerciales puedan ejercer una mayor presión sobre sus proveedores de producto para mantener estos precios “reclamo”.
Competencia
Para la organización agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), este tipo de prácticas deberían ser objeto de vigilancia y estudio por parte de Competencia, y sin embargo, pasan inadvertidas a pesar de que los productos en muchas ocasiones se están ofreciendo por debajo de los costes de producción, como sucede en innumerables ocasiones con las hortalizas de nuestra provincia. Todo esto dar lugar a grandes descompensaciones en la cadena comercial y genera grandes dudas en torno a los controles que se están realizando para garantizar un juego limpio.
ASAJA-Almería sospecha que como en otras ocasiones este precio “reclamo” se convierta en el precio definitivo y que para poder vender calabacines y otras hortalizas en origen se tengan que ofertar por debajo de los costes de producción, generando grandes pérdidas a los productores y empresas comercializadoras.
Por eso ASAJA insiste en que la cadena de alimentación puede tener margen suficiente para que todos los eslabones sean rentables y el consumidor pague el producto a un precio razonable. Esto además redundaría en un incremento de la presencia de hortalizas en la dieta diaria, siendo beneficioso para todos.
“Esto se estaría produciendo con el calabacín en algunas grandes superficies comerciales como Alcampo o Lidl que tienen en estos momentos ofertas sobre este producto situando su precio en 0,48 y 0,49 euros/kg respectivamente”, añade la organización agraria. Se trata de unas “rebajas” del 48% y del 37% en los precios cuando en origen este producto lleva un par de semanas cotizando por encima de los 0,65 euros/kg, lo que significa que estas cadenas podrían estar adquiriendo este producto a un precio que rondaría el euro/kg (añadido costes de manipulado, transporte…) según estimaciones de Asaja, por lo que estos días estos grupos están vendiendo el producto por debajo de los precios que tiene en origen.
Este tipo de maniobras comerciales contribuyen además a que otras cadenas sigan esta tendencia para buscar su propio hueco en esta guerra de precios. El peligro, en opinión de Asaja-Almería estaría en que posteriormente, estas mismas cadenas comerciales puedan ejercer una mayor presión sobre sus proveedores de producto para mantener estos precios “reclamo”.
Competencia
Para la organización agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), este tipo de prácticas deberían ser objeto de vigilancia y estudio por parte de Competencia, y sin embargo, pasan inadvertidas a pesar de que los productos en muchas ocasiones se están ofreciendo por debajo de los costes de producción, como sucede en innumerables ocasiones con las hortalizas de nuestra provincia. Todo esto dar lugar a grandes descompensaciones en la cadena comercial y genera grandes dudas en torno a los controles que se están realizando para garantizar un juego limpio.
ASAJA-Almería sospecha que como en otras ocasiones este precio “reclamo” se convierta en el precio definitivo y que para poder vender calabacines y otras hortalizas en origen se tengan que ofertar por debajo de los costes de producción, generando grandes pérdidas a los productores y empresas comercializadoras.
Por eso ASAJA insiste en que la cadena de alimentación puede tener margen suficiente para que todos los eslabones sean rentables y el consumidor pague el producto a un precio razonable. Esto además redundaría en un incremento de la presencia de hortalizas en la dieta diaria, siendo beneficioso para todos.
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