Desde el Ayuntamiento de Vélez-Blanco no quieren pronunciarse acerca del culebrón que enfrenta a vecinos y a Iglesia desde hace ya diez meses. El alcalde, Pedro Luis Díaz Gil ha rechazado a este periódico hacer declaraciones sobre este conflicto y no ha querido mostrarse a favor de los vecinos de Topares ni de la Iglesia.
Una guerra enquistada desde hace ya 10 meses, donde los vecinos de la Hermandad de ánimas de Topares reprochan a la iglesia de haberse inmatriculado propiedades construidas por los habitantes
de la localidad, mientras la Iglesia sostiene que son suyas.
La titularidad y uso de estos locales ha llevado a vecinos e Iglesia a protagonizar innumerables momentos tensos en el municipio, en una ocasión incluso tuvo que intervenir la Guardia Civil para calmar los ánimos y en breves los vecinos aseguran querer llevar la situación a audiencia con el propio Papa de Roma. El último altercado se produjo en el propio cementerio antes de comenzar la misa en honor al Día de Todos los Santos y ha corrido como la pólvora en redes sociales y medios de comunicación nacionales.
Desde el Obispado aseguraron en enero, que esta Hermandad, “No tiene
entidad jurídica reconocida ni en este Obispado ni fuera de él;
no tiene un hermano mayor elegido por los hermanos y nombrado por el
Obispo (...); no hay libros de cuentas”, explica el actual
vicario, Ignacio López. En resumen, “nos encontramos con una
hermandad que no posee ninguna existencia jurídica, la cual está
alquilando salones que no son de su propiedad y está percibiendo un
dinero por ello”.
No obstante, López puso sobre la mesa la propuesta que permitiría desbloquear de una vez por todas la situación: "que se constituyan como hermandad, con estatutos y hermano mayor; nos reunimos y no tendremos problemas en cederle los salones, incluso el cementerio, para que hagan ellos los contratos y lo gestionen y tendrán plena autonomía, por un periodo de 15 años para que tengan la seguridad de que aunque cambie el obispo o el vicario general, el acuerdo permanecerá", explicó López.
Así, si bien la Diócesis no da la propiedad a la Hermandad de Ánimas, como se exige desde Topares, sí se propone un acuerdo de cesión (que podría llegar a ser de 20 o incluso 30 años) prorrogable. Si bien en un primer momento la propuesta no fue recibida con buenos ojos por el representante de la Hermandad de Ánimas, lo cierto es que la intercesión de los representantes públicos allí presentes ha llevado el encuentro a un cauce algo más tranquilo. No obstante, no hubo un acuerdo por ahora.
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