La despoblación se ha convertido en los últimos años en una de las problemáticas más relevantes a las que se enfrenta la sociedad europea. Afecta particularmente a las áreas rurales, a municipios de interior que están viendo cómo su población se va reduciendo y envejeciendo considerablemente, generando el conocido como reto demográfico ante el que las distintas administraciones tratan de buscar soluciones, con el objetivo de evitar que localidades y comarcas se queden vacías. Este tema se trató hace unas semanas en la Universidad de Granada, donde fue invitado un pueblo almeriense que es considerado todo un referente en la lucha contra este proceso a nivel andaluz, nacional e incluso internacional.
El Centro de Documentación Científica de la UGR fue escenario de las interesantes 'Jornadas sobre despoblación y reto demográfico: diagnóstico, estrategias e iniciativas', en las que se abordó dicha temática con la presencia de investigadores y organismos de España, Francia, Portugal e Italia. Dentro de la programación de las charlas tomó protagonismo, como ejemplo de eficiencia a la hora de plantar cara a la despoblación, Almócita, un municipio almeriense que tiene poco más de 200 habitantes actualmente.
Francisco García, alcalde de este pequeño pero precioso rincón de la Alpujarra, explicó ante los asistentes qué se hace en el término municipal almociteño para seguir avanzando y que sus calles sigan llenas de vida. Como único municipio representado en el foro, los distintos especialistas regionales, nacionales y de otros países, conocieron las múltiples iniciativas que Ayuntamiento de Almócita, asociaciones y vecinos llevan a cabo para hacerse fuertes ante el reto demográfico.
Trasmisión de sus pilares
Democracia participativa, sostenibilidad, cultura, comunidad, respeto al medio y a las personas, autosuficiencia, bienestar y cuidados son los pilares almociteños que se transmitieron en la cita de la Universidad de Granada, destacando la implicación de los vecinos y vecinas en cada iniciativa o proyecto que han conseguido poner a este pueblo en el mapa como un ejemplo contra la despoblación sin descuidar su clara apuesta por el progreso sostenible.
Cabe recordar que en la última década la evolución demográfica de Almócita ha ido en una línea ascendente. Si en 2013 su censo era de 177 habitantes, los últimos datos elevan su población a más de 200, superando a los 196 que fue su pico más alto durante la década de los 90. Para ver cifras superiores a las actuales, hay que retroceder hasta principios de los 80 como mínimo, con 248 habitantes, aunque en la primera mitad del siglo XX los datos del INE reflejan una cantidad de hasta 634 personas residentes en el pueblo, cifra correspondiente a 1910.
Almócita sigue caminando, con paso lento pero muy firme, hacia su revitalización, como gran abanderado en la dura batalla contra la despoblación, usando como armas las iniciativas y proyectos sostenibles que le convierten en todo un referente en el aspecto ecológico y también en el demográfico. De sobra es conocida su mágica Noche de los Candiles, que congrega en sus calles a miles de personas, su respetuoso vínculo con la naturaleza o su propia moneda social, El Café.
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