El tenis almeriense cuenta con una nueva y joven promesa

El mismo día en el que Carlos Alcaraz levantó su primera copa de Wimbledon, un joven tenista almeriense puso su nombre en lo más alto de un torneo que convocó a algunos de los mejores jugadores nacionales de su categoría.

El albojense Juan Antonio Navarro Navarrete (Albox, 15 años) lograba así proclamarse campeón del campeonato ‘TDC Gijón’ cuya final se disputó en tierras asturianas el pasado 16 de julio. Justo un día después, durante una entrevista en la Cadena SER, el joven tenista adelantaba su presencia en el torneo de la ‘TDC Series’ de Valladolid. El resultado no ha podido ser mejor.

Navarro mitigó el pasado fin de semana toda duda. Lo de Gijón no fue, ni mucho menos, un golpe de suerte. El albojense se acaba de proclamar campeón también en la ciudad vallisoletana. Lo hizo además tirando de épica. Para llegar a la final, el joven deportista tuvo que hacer gala de algo que ya ha convertido en una de sus virtudes, como es la capacidad de resistencia y de resiliencia en la pista.

Y es que las semifinales no empezaron con buen pie tras perder el primer set por 6-0. Un rosco que el albojense se comió al mismo ritmo con el que lo digirió y dejó atrás. Remontó los dos siguientes sets frente a uno de los mejores jugadores de España en su categoría y se plantó así en la final.

En el partido decisivo se encontró con un paisano y conocido, otro gran tenista almeriense al que también considera un "amigo" y con el que ha jugado en el mismo equipo en ocasiones anteriores. Finalmente Juan Antonio repitió la hazaña de Gijón y volvió a llevarse a casa la copa de campeón.

Una trayectoria que no sólo resplandece por esos dos últimos y grandes triunfos sino por el ascenso meteórico de las condiciones físicas y técnicas que le han llevado a ello. Al contrario que muchos tenistas que prácticamente nacen con una raqueta bajo el brazo, el albojense comenzó a interesarse en serio por el tenis a los 12 años. Hace tan sólo dos. “Me quité del fútbol por el tema de las distancias y me empezó a llamar la atención el tenis como ningún otro deporte”, recuerda.

No tardó en comenzar a progresar en torneos provinciales. Al año siguiente, en 2022, ya se proclamó campeón de seis torneos seguidos. Así, uno tras otro. Entre otros triunfos se proclamó campeón infantil de Almería. Sirva también como dato que desde el 12 de septiembre hasta el 25 de diciembre no perdió ningún partido, con una racha de 24 partidos seguidos ganados.

Lo suyo con el tenis, sin ninguna duda, fue un amor a primera vista en ambas direcciones. Ahora afronta el salto a la madurez en el mejor estado de forma y moral posible. Ya no le hacen falta más golpes en la mesa. Se ha convertido por méritos propios -y sobre gracias a su sudor y el de los suyos- en la gran promesa del tenis almeriense.