Manuel Leon
23:53 • 27 abr. 2012
Una principal calle de Sao Paulo lleva desde hace años el nombre del profesor Cleofás Beltrán Silvente, un humilde almeriense de Vera que marchó en 1921, como tantos en esa época, a descubrir nuevo mundo.Cuando contaba 19 años, junto a sus padres y tres hermanas, emprendió rumbo a Cuba en busca de prosperidad.
En Vera había entonces mucho trabajo en el campo a las órdenes de los Giménez o recogiendo esparto para los Fuentes. Pero poco más. Un año estuvo la familia Beltrán en la ‘Perla del Caribe’, de donde marcharon a Brasil a comprar a buen precio un cafetal que le dejaba buenos rentos con la colaboración de los nativos. Aposentada ya su familia en una hacienda rural, el joven Cleofás voló al poco a Belo Horizonte a pisar adoquines, a luchar cuerpo a cuerpo en una gran ciudad: en 1929 fue nombrado gerente de la Ford en la región y entre cuentas y balances, empezó estudiar Derecho. Con el tiempo consiguió regentar uno de los bufete más prestigiosos de la ciudad de Río Preto y ganó una cátedra de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Sao Paulo estudiando de madrugada. Representó también, el laborioso almeriense, el cargo de presidente de la Sociedad de España en Brasil y entre la colonia paulista de veratenses encontró también una paisana por esposa. A los 25 años de marcharse por el Puerto de Almería, volvió de visita a su pueblo natal, dotado ya con una considerable fortuna y un notable prestigio. Allí se encontró con sus amigos de infancia y juventud, con el dinámico Emilio Gimeno o con el abogado y juez comarcal Felipe Ramallo Brodin. Vino como vicecónsul de España en Sao Paulo y miembro del Instituto de Cultura Hispánica y fue el encargado de inaugurar el curso 1953-54 del Instituto de Enseñanza Media y Profesional, junto al alcalde Francisco Rodríguez Segura y el jefe local del Movimiento, camarada Francisco Gallardo López. Años después volvió a repetir visita y fue nombrado Hijo Predilecto de Vera, siendo alcalde Manuel García del Aguila. También fue homenajeado en la capital almeriense por el alcalde Guillermo Verdejo y en Madrid por su homólogo Carlos Arias Navarro.
En uno de sus últimos viajes a su tierra natal, en 1971, el alcalde José Salas Bolea y el pueblo de Vera, le volvió a tributar su afecto en los salones de la Cámara Agraria y el Gobierno español le entregó la Medalla de la Orden del Mérito Civil. Cleofás, como tantos otros, fue uno de los emocionantes ejemplos de humildísimo almeriense que con su talento y laboriosidad supo granjearse un sitio de honor en Ultramar.
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