Sin alcanzar los 150 habitantes es uno de los municipios menos poblados de toda Andalucía. Ubicado en plena Alpujarra, rodeado de un hermoso entorno desde el que se vigila toda la Sierra de Gádor y se vislumbra el Cabo de Gata, este pueblo cuyo pasado está ligado a la cultura árabe, a la uva de mesa y a la mina languidece año tras año bajo la sombra de la temida despoblación, enemiga acérrima de otros muchos núcleos de población del interior de la provincia de Almería.
Muy lejos quedan ya aquellos años dorados, entre finales del siglo XVIII y principios del XX, en los que la minería fue el gran motor económico de esta zona que alcanzó un gran esplendor que fue perdiendo luego, década tras década, con el éxodo rural provocado por la falta de oportunidades. Beires, que llegó a rozar el millar de habitantes en 1920, supera actualmente a duras penas el centenar.
El futuro de este municipio, como el de otros muchos que cuentan con una población envejecida, es toda una incertidumbre. Ello no debe impedir, sin embargo, que por lo menos pueda preservarse su pasado, esa historia que deberían conocer las futuras generaciones de beirenses. Que las vivencias de este pueblo que lucha por sobrevivir no caigan nunca en el olvido. Con ese objetivo se ha puesto en marcha una preciosa iniciativa.
Dulce González Mora, licenciada en historia y cuya familia remanece de Beires, es temporalmente la promotora cultural de esta localidad alpujarreña en la que se ha iniciado, bajo su dirección, una recopilación de imágenes antiguas con las que crear un Archivo Histórico Fotográfico en el que se recojan los tesoros visuales con los que construir "un puente entre el pasado y el futuro" de esta pequeña localidad almeriense.
Una difícil pero necesaria labor
"Aquí se ha olvidado todo el pasado del pueblo. Mucha gente no quiere recordar un pasado duro de trabajo en las minas, pero fue muy importante, dio de comer a muchas familias y hay que rescatarlo. Ver cómo era la vida cotidiana cuando el mayor divertimento era pasear por la carretera", afirma González, que sabe que no será nada fácil recopilar las viejas imágenes que puedan tener los vecinos en sus casas. "Aunque se piense lo contrario, es muy complicado hacer cualquier cosa con tan poca gente. Además, hay que tener en cuenta que la media de edad muy alta", reconoce.
Pese a ello, esta iniciativa para la que ya han pedido la colaboración de los habitantes de Beires y lo han anunciado también en redes sociales para que personas vinculadas al pueblo que viven fuera puedan aportar también su granito de arena, sigue en marcha. Aprovechan para dejar claro que las fotografías que cedan las distintas familias les serán devueltas: "Nosotros no nos las quedamos, solamente las escaneamos y las devolvemos a las familias".
Desde el pasado 20 de septiembre la publicación de esta campaña para lograr que los recuerdos fotográficos particulares de los beirenses formen parte de la historia de su pueblo y "que no se pierdan en el olvido" circula por Instagram, donde se informa que dichas imágenes de las calles, eventos especiales, momentos entrañables familiares y otras fotos de recuerdos locales, pueden enviarse a través de WhatsApp (671161912) o por mensaje directo a la cuenta @aytobeires.
La contribución de toda la comunidad de Beires será esencial para construir una estampa imborrable de la historia de este rincón de la Alpujarra almeriense en el que ya se están recepcionando fotografías de los años 50. "Nos ha escrito hasta una chica francesa, cuyos abuelos eran de Beires, para decirnos que buscará fotos antiguas familiares y nos las mandará", celebra la promotora cultural.
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