En la tradición popular, los Reyes Magos provienen de Oriente, pero ¿de qué región exactamente? Algunos estudios sugieren que su rol como "magos" podría estar vinculado a la casta sacerdotal persa, los magoi, conocidos más por su sabiduría que por poderes místicos. En el imaginario popular las figuras de Melchor y Gaspar, echándole fe, podrían asemejarse como eruditos llegados de una parte remota de las mesetas del actual Irán, pero ¿Y Baltasar? Lo cierto es que este monarca con nombre que recuerda a la deidad de Asia Menor 'Baal', fue representado por primera vez como un africano negro a partir del arte renacentista, pero su origen pudiera estar más cerca de los montes Zagros que de el Kilimanjaro.
Viniera de donde viniera o sea quien sea quien está enterrado en la catedral de Colonia, lo cierto es que el pequeño pueblo de Tahal ha marcado un hito en su historia: por primera vez, uno de sus Reyes Magos es africano. Más allá de ser un símbolo de diversidad e integración, esta elección encierra una historia humana, un pequeño milagro que resalta los valores de comunidad y esperanza que el rol de los Reyes Magos siempre ha representado.
Aziz Mohammed, de 49 años, dejó atrás los enseres de labranza que lo habían acompañado desde su juventud, trabajando en la parcela donde su padre cultivaba maíz y yuca, para ponerse la corona real de Tahal. Pero como toda gran historia, el acceso a este honor no estuvo exento de sacrificios. En su caso, el precio fue enfrentarse a la muerte debido a una enfermedad. Llegó a Almería en el año 2000 procedente de Tamale, su ciudad natal en Ghana. Lo que inicialmente fue un periplo transitorio, terminó convirtiéndose en su vida definitiva, asentándose en Pechina en 2015, para dedicarse a la agricultura. Pero la rutina de su vida cambió radicalmente cuando una afección lo llevó a ingresar de urgencia en el ala de infecciosos del Hospital Universitario de Torrecárdenas. La tuberculosis obligó a Aziz a pasar casi siete meses hospitalizado.
Sin saber lo que el destino le tenía preparado, Aziz, con su carisma y buen humor, se ganó el afecto del personal del hospital almeriense. En la 5ªD, su relación con Paco Tripiana, un enfermero, trascendió la rutina clínica, convirtiéndose en una amistad. Paco, testigo de su fortaleza ante la adversidad, compartía en casa las historias del ghanés, capturando la atención de Carina, gestora cultural del Ayuntamiento de Tahal e hija del enfermero. Inspirada por su relato, propuso que Aziz fuera el Baltasar del pueblo, marcando un hito: el primer rey mago africano en la historia de Tahal.
Como un emisario, Paco llevó a Aziz la gran noticia, y el futuro Baltasar de Tahal no tardó en aceptar el honor con entusiasmo. Ni siquiera el hecho de ser musulmán lo disuadió. Para quienes podrían cuestionar su elección por tratarse de una festividad cristiana, Aziz tiene una respuesta contundente: "La religión no tiene nada que ver. Solo hemos ido a hacer felices a los demás". Un mensaje de unidad que trasciende creencias.
Aziz asumió su papel de Baltasar con la misma dedicación con la que había afrontado cada desafío en su vida. El pueblo de Tahal respondió con entusiasmo y calidez, recibiendo al primer rey mago africano de su historia con respeto y afecto. A su lado, como un reflejo de la conexión que habían forjado un paje muy especial, Paco Tripiana, su enfermero y amigo quien vistió una túnica confeccionada a mano por el hermano de Aziz en Ghana. Esa prenda, enviada con esmero desde África, simbolizó un puente que unió dos continentes, dos culturas y dos historias en el pequeño pueblo de los Filabres. En cada sonrisa infantil y en cada aplauso de los vecinos, se tejió una celebración que trascendió fronteras y recordó que las diferencias son, a menudo, un punto de encuentro.
Aziz se ríe al recordar cómo, al enviar fotos de su papel de Baltasar a su familia en Ghana, nadie lo reconoció. "Se quedaron sorprendidos, no me conocían por la vestimenta. Pensaron que era otro hombre", comenta entre risas, mientras sus ojos brillan al evocar el momento. El papel de Baltasar no solo lo acercó a su pueblo, sino que también estrechó la relación con Paco. "Paco ya no es solo mi enfermero, ni siquiera es solo mi amigo. Es mi hermano", dice con una sonrisa llena de gratitud, sabiendo que su vínculo ha trascendido las barreras de la salud, la cultura y la distancia.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/285574/de-luchar-contra-la-muerte-a-ser-el-primer-baltasar-africano-de-este-pueblo