Sánchez Teruel gana

Alas nueve de la mañana había delegados de la Junta que ni siquieran conocían cuál iba a ser su futuro político en cuestión de cuatro horas. La titular del Gobierno andaluz en Almería, María Isabel Requena, les había citado, como todos los martes, a la reunión de coordinación.

Puede ser cierto que la suerte ya estuviera echada a esas horas, pero la incertidumbre fue de tal calibre que hasta cercano el mediodía no se supo que al frente de la Delegación del Gobierno no repitiría María Isabel Requena. No se conoció hasta que las 12 sonaron en el reloj de la Catedral que la inquilina en el antiguo Casino iba a ser una concejal en Pechina, diputada provincial y emprendedora: Sonia Ferrer Tesoro.

Su nombre fue el secreto mejor guardado que tuvo en su cartera el secretario provincial del PSOE, José Luis Sánchez Teruel. Pasado el congreso provincial del pasado 14 de julio, el dirigente socialista ha influido para que los delegados sean realmente, a partir de ahora, el equipo de Teruel. Y eso que hubo cierto sector en la Ejecutiva que intentó que la elegida como máxima representante de la Junta fuera Adriana Valverde, ratificada como delegada de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo.

El nombre de Sonia Ferrer nunca apareció en las quinielas. Llegó a la política hace 25 años y, aunque en su casa siempre se ha hablado de la gestión pública - su madre, Martirio Tesoro, fue senadora, concejal y delegada de Cultura, entre otros cargos -, pocos han sido los que intuyeron los nuevos destinos de la exalcaldesa de Pechina. Regidora durante unos pocos meses, es ahora, un cuarto de siglo después de afiliarse a las Juventudes Socialistas, cuando percibirá su primera nómina de las arcas públicas. Pero no tendrá paga extra en Navidad. Y al coche oficial está dispuesto el Partido Popular a revisarle de forma periódica el cuentakilómetros.

Muchos de los 12 delegados que hasta ayer había en la provincia de Almería sabían que tenían las horas contadas en el cargo. Y si no, confiaban en que el apoyo de sus consejeros o consejeras tuviera más peso que el que puede tener ahora José Luis Sánchez Teruel en el Palacio de San Telmo.

En cualquier caso, el sabor amargo que deja un cese se mezcla en estas horas con la satisfacción del deber cumplido y con el agradecimiento público por el respaldo recibido por la Junta y el partido en los últimos años. Dio la cara ayer, en la Cadena SER, el exdelegado de Salud, Manuel Lucas. Deja como herencia infraestructura sanitaria realizada y otra proyectada y pendiente de realizar.

Otros delegados, quizá pensando en que en el BOJA caben otro tipo de nombramientos, recogieron sus últimas pertenencias y empezaron a ultimar el traspaso de carteras. O quizá no. No hay tiempo para nada. Menos en época de crisis.

Entre los nuevos delegados, Encarna Caparrós, la cuota de IU en los despachos de los Nuevos Ministerios, empezó a conocer las curvas de la A-92 camino de Sevilla para su primera reunión con los consejeros a los que está adscrita: Rafael Rodríguez y Elena Cortés. También empezó a conocerlas la virgitana Isabel Arévalo. Ya se conoce las mismas curvas el nuevo titular de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, José Manuel Ortiz, citado hoy por Luis Planas a orillas del Guadalquivir.

Los inquilinos de las seis delegaciones - son las que han quedado tras la dieta Dukan en la estructura periférica de la Junta - llegan tras ‘morder el polvo’ desde un sillón de concejal o alcalde. Es lo que quería José Luis Sánchez Teruel. Y todo indica, a juzgar por los nombramientos de ayer, que lo ha consegui