Plaza Granero, de la capital, reforma con tres avisos de olvido

La Plaza Granero acaba de ser reformada por el ayuntamiento. Se ha instalado en su centro una reluciente fuente de mármol, réplica de la que había frente a la Catedral, se ha pavimentado el suelo cerrándolo al tráfico de vehículos , colocado bancos y se han embellecido con alcorques los árboles. Los vecinos están encantados con su nuevo aspecto, como José Ibarra, dueño de la gran bodega Montenegro.
Pero hay un grave problema que deja esta buena noticia a medias. Desde la calle General Castaños  en el lado derecho, con dirección hacia la Almedina, el entorno tiene tres viviendas que avisanruinas. Las tres, tienen fachadas y alturas homogeneas. Son casas tipicas de la burguesía almeriense de antes de la guerra y las tres están abandonadas hoy día. Ayer mismo, los muchos turistas que paseaban por el centro se paraban delante de ellas, echando fotos.
Especialmente una es la que tiene más valor, la situada en plena plaza, originaria del siglo XIX es una de las viviendas más antiguas del centro. A sus cualidades decorativas y arquitectónicas se le añade el dato de que fue la casa donde nació el dibujante almeriense García Ferré, un ídolo en Argentina, padre del Libro Gordo de Petete y muchos otros dibujos.
Durante la etapa de Diego Cervantes en Urbanismo, el ayuntamiento le ofreció a los propietarios una cantidad sustanciosa para su rehabilitación. No se hizo. También un empresario de Bilbao les ofreció a los miembros de esta familia propietarios del inmueble una oferta de compra que rechazaron.  La siguiente vivienda hacia la Catedral es propiedad del Obispado y en ella éste planeaba instalar una biblioteca que al final no ha podido realizarse por falta de liquidez. Hace poco, la dirección del Hotel Catedral les hizo una oferta para adquirirla.
Finalmente, la casa de dos plantas más cercana a la Catedral tiene dos propietarios: Cáritas y tres hermanos. También está deshabitada. Esta vivienda comparte un magnífico patio jardín con la casa-museo de Valente a su espalda. Estos son tres casos, tres casas, que también forman parte del entorno de la plaza Granero y que no deben olvidarse.