La superficie afectada por el incendio de Bédar el mes de agosto, el mayor que se registró el año pasado en la provincia, se va recuperando poco a poco de las nefastas consecuencias del fuego. Según el delegado territorial de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, José Manuel Ortiz, la mayor parte del suelo afectado por el incendio se está regenerando muy bien de forma natural y, por tanto, “no será necesaria la intervención humana”. Respecto a la parte arbolada -donde las actuaciones se suelen realizar transcurridos unos doce meses desde la extinción de los incendios- en estos momentos se está elaborando el estudio de actuación, según ha confirmado la Administración autonómica.
Y es que las lluvias de los últimos meses y las que tantas consecuencias negativas dejaron en la comarca del Levante han beneficiado a esta parte de la sierra y a la recuperación de la misma. En muchas zonas afectadas por el incendio ya se puede ver un manto verde de vegetación, que disimula las heridas causadas por el fuego. La Delegación Provincial de Medio Ambiente ha facilitado a LA VOZ fotografías tomadas recientemente por los agentes del Infoca en la zona afectada. El alcalde del municipio de Bédar, Ángel Collado, también ha confirmado esta recuperación, “que está siendo un poco más lenta en las zonas rocosas”.
Hay que recordar que este incendio, que se originó el 25 de agosto, afectó a 400,6 hectáreas, casi en su totalidad de matorral y sólo unas 20 hectáreas de arbolado, concretamente, pinar. Como medida de prevención y ante la cercanía del fuego se desalojó el pueblo de Bédar. La causa fue una negligencia humana por el uso de una radial en un lugar próximo.
No siempre se actua de la misma manera tras un incendio, aunque si existen unas actuaciones de restauración que se llevan a cabo generalmente. “Tras un siniestro forestal, normalmente, es necesario recurrir a la restauración de las zonas afectadas, pero solo en ciertos casos hay que recurrir a la repoblación forestal”.
La Junta de Andalucía ha recordado que la vegetación mediterránea está adaptada a los incendios forestales y, en gran parte de los casos, se recupera tras ellos, “a no ser que por su intensidad o recurrencia en el tiempo las técnicas adaptativas ya no sean efectivas”.
“Por tanto, en muchas superficies, las técnicas de restauración no incluyen la repoblación forestal, aunque sí otras técnicas restauradoras, pequeñas obras de contención de tierras, selvicultura postincendio, etc. Es lógico que las superficies sometidas a repoblación forestal sean menores que las afectadas por los incendios”, ha destacado Medio Ambiente. No obstante, la Administración autonómica ha recordado que es preciso evaluar la vegetación preexistente, cómo ha sido afectada y cuál será su previsible evolución para determinar el mejor modo de actuar.
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