Espectacular resultó la salida, y en su conjunto el desfile procesional que llevó a cabo la cofradía de La Macarena, dando la sensación de un cortejo compacto y controlado en todo momento por su diputado mayor, Antonio del Pino, que realizó un gran esfuerzo, junto con los diputados de tramo y cofrades de apoyo, para que no hubiera cortes y el cortejo avanzara en bloque en todo momento.
La organización de la procesión en el interior del templo de San Ildefonso no está exenta de dificultades, por las dimensiones del mismo, a pesar de que tenían todo perfectamente organizado, tanto los pasos como las insignias y enseres necesarios para el desfile.
Poco a poco el diputado mayor fue conformando el cortejo, colocando la cruz guía a las puertas del templo y recolocando los pasos y girándolos, ante la atenta mirada del Cristo del Perdón, que se encontraba en sus andas como testigo, preparado para su estación de penitencia de esta noche.
A las 17:30 horas en punto se abrieron las puertas de San Ildefonso por la calle Nuestra Señora de Las Mercedes, ante una gran expectación de un enorme gentío que quería presenciar la salida. Tras la cruz guía, que iniciaba el inicio del cortejo, figuraba la guardería y los nazaremos, que avanzaban lentamente hacia la Plaza de Toros.
Mientras, José Luis Galeti, que volvía a mandar un paso en La Macarena (en esta ocasión el de Jesús de La Sentencia), hacía la primera levantá del paso de la Virgen que la ha llevado más de diez años.
Salida de la Sentencia
La salida del paso de la Sentencia entraña una enorme dificultad, debido a las dimensiones del paso y a la estrechez de la calle Nuestra Señora de las Mercedes. Tuvo que salir el paso casi entero rozando a quienes contemplaban su salida, antes de iniciar un emocionante giro, muy lentamente, ganando terreno centímetro a centímero, antes de iniciar el giro a la izquierda, también poco a poco. Debajo del paso se vivieron momentos de gran intensidad, que transmitían a quienes estaban cercanos con gritos de “¡Sentencia, Sentencia, Sentencia!” y “¡Macarena, Macarena, Macarena!”.
Tras ganar unos metros a la calle, la voz potente y templada de Rocío Segura hizo parar el paso y dar un pequeño respiro a los costaleros tras el esfuerzo realizado, que pudieron reconfortarse y enjugar sus lágrimas escuchando una gran saeta.
En el tramo de la Virgen figuraba una amplia representación de la Policía Nacional, que son hermanos honorarios de La Macarena, mientras que en la presidencia se encontraban el torero Pepín Jiménez y el ex-comsiario de Policía Antonio Martín. A la salida acudió una amplia representación de la hermandad de la Santa Cena, con la que están hermanados, que le ofrendaron un ramo de flores de la Señora del Barrio de la Plaza de Toros.
Hay que destacar que delante del paso de palio más de cincuenta mujeres y niñas vestidas de mantillas acompañaban a La Macarena en su caminar por las calles de la ciudad. El hermano mayor de La Macarena y capataz del paso de palio, Francisco Javier Jiménez, dirigió la maniobra de salida del templo, que realizaron los costaleros con rapidez y limpieza a pesar de quedar sólo unos centímetros a cada lado y por encima del palio. Ya estaba la hermandad en la calle arropada por centenares de personas que acompañaron a los cofardes a lo largo de su recorrido.
Encuentro en San Sebastián
Tras bajar el cortejo por la Avenida de Vilchez, que resulta espectacular con la Plaza de Toros al fondo, aguardaba uno de los momentos más espectaculares de la Semana de Pasión, como es el paso por la Iglesia de San Sebastián, donde les aguardaban las hermandades de la Virgen del Carmen y del Cristo del Amor.
Al aparecer de la Virgen se abrieron las puertas del templo, apareciendo el Cristo del Amor para ese encuentro con su Madre Macarena, ya que sus costaleros giraron totalmente el paso y la acercaron a su Hijo, una, dos y hasta tres veces. Espectacular.
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