Los municipios afectados por la riada discrepan con el Gobierno por el concepto "emergencia"

l concepto de emergencia separa al Gobierno central de los municipios afectados por la riada que hace casi un año destrozó gran parte del levante almeriense.
Tras haberse concretado las primeras ayudas publicadas la semana por el BOE, algunos  ayuntamientos afectados expresan con mayor o menor medida su discrepancia, fundamentalmente centrada en el concepto “emergencia”, aplicado a los casos concretos de destrozos y sus posteriores obras de reparación. 
Un caso ilustrativo de esta disparidad de criterio es  la desaparición de la calle del Río Antas en Puerto Rey, arranca como de un bocado por la lengua de agua. Ese mismo el alcalde José Carmelo Jorge ordenó el levantamiento de una escollera para que las calles lindantes no se vinieran abajo.

Factura a factura “Si no se hubieran protegido esas casas se podían haber derrumbado con el peligro para las vidas de sus ocupantes”,  recuerda el concejal de Hacienda y Segundo Teniente de Alcalde Juan de la Cruz. Esa factura de   198.000 euros ha sido rechazada como obra de emergencia por el Gobierno. “Más emergencia que eso no entiendo que haya”, declara a LA VOZ De la Cruz.
A los pocos días de la tragedia de aquel día de septiembre. el Gobierno pidió a los gobiernos municipales que valoraran los gastos de emergencia y que presentara una relación de facturas detalladas en la subdelegación del Gobierno.
Así hicieron estos municipios y tras el estudio pormenorizado de cada factura y el rechazo de muchas de ellas como “de emergencia”, el equipo jurídico del Ayuntamiento de Vera ha presentado un informe y un requerimiento previo al Gobierno central manifestando su discrepancia y pidiendo que se revisen estas facturas.

“De urgencia”  Si no llegara a reconsiderarse lucharán para que muchas de estas actuaciones sean consideradas como “de urgencia”, que según la ley daría derecho hasta al 50 por ciento del gasto desembolsado.
De lograrse esta reconsideración supondría un gran alivio económico ya que de los  910.000 euros que presentaron como petición de ayuda de emergencia solo han recibido 124.000 euros del Gobierno central y   19.908 euros por parte de la Junta.
Otro gasto concreto que no ha sido contemplado como “obra de emergencia” por el Gobierno ha sido el de la red de pluviales y depuración, que quedó inutilizada aquel día. El gasto concreto de este desperfecto ha supuesto un monto de 500.000 euros. 
 
En Bédar  Es el mismo caso de Bédar. Ni aqui ni en Vera el Gobierno considera que la restitución del sistema de agua sea de emergencia sino “obras de reposición”, por lo que no entra como ayuda.
“Donde más daño se sufrió no hemos recibido ayuda alguna”, afirmaAngel Collado, su alcalde.  Los 124.000 euros para reponer la red de agua, que gestiona Galasa, la ha pagado este pequeño ayuntamiento. “Hecho está, lo iremos pagando poco a poco”, afirma Collado, incluso un muro derribado por el agua a la salida del pueblo, por 50.000 euros.  Calcula que en total por aquella riada ha gastado unos 200.000 euros que hasta ahora ha tenido que asumir el Ayuntamiento. Mientras que el Gobierno solo le ha concedido unos 8.000 y por dos conceptos de emergencias, la riada y el incendio del 2012.  En Bédar el agua bloqueó los accesos  a barriadas como Serena y Matreros. “Eso es lo único que hemos recuperado, pero no todo, horas de máquinas para abrir caminos”, afirma el alcalde, que tiene aún esperanza de que el Gobierno lo reconsidere “cuando el Gobierno libere una partida más grande a todos los pueblos del levante”.

Camino en Cuevas Cuevas pidió alrededor de 80.000 euros y ha recibido unos 43.395. “El Gobierno todo lo que le hemos pedido nos lo ha dado a excepción de una factura”, afirma Juan José Pérez, Teniente de Alcalde de Cuevas, en referencia a un camino entre Grima y El Largo, dos pedanías de este municipio. “Es importante en cuanto a la cuantía, pero no al hecho”, añade. Lo más grave pendiente en este municipio es la construcción de una depuradora nueva tras llevárse dos la riada. Luego,  está pendiente un margen del muro de contención de la desembocadura del río Almanzora.