Hosteleros y residentes de Mojácar han expresado su malestar por los malos olores que han afectado el pasado mes de agosto a la zona de El Palmeral y Marina de la Torre, junto a la desembocadura del río Agua provocados por la Estación Depuradora Comarcal.
Han enviado, por ello, un escrito a distintas administraciones solicitando la resolución de este problema que afecta al negocio turístico en plena temporada alta. Los vehículos y viandantes que han atravesado algunos días de este verano la zona se han encontrado con un fuerte olor a aguas fecales difícil de compatibilizar con la oferta de un destino turístico de calidad.
El problema radica en que el crecimiento exponencial de la población estacional en la zona -por encima de los 50.000 habitantes- hace que la depuradora de aguas residuales entre en el límite de su capacidad.
Estacionalidad La infraestructura, que data de hace 18 años, es gestionada por Galasa, la empresa de aguas del Levante almeriense, que está a la espera de que se ejecute el proyecto de una nueva instalación modernizada por parte de la consejería de Medio Ambiente.
De hecho, han transcurrido hace ya más de cuatro años desde que se anunció su construcción con un presupuesto de 30 millones de euros. El proyecto está realizado para dar servicio a los municipios de Mojácar, Garrucha y Turre y una extensión de colectores hasta Los Gallardos y Bédar, pero del inicio de las obras nada se sabe por ahora.
Los terrenos ocupan una superficie cercana a la depuradora actual, entre los términos municipales de Mojácar, Garrucha y Turre.
La alcaldesa de Mojácar, Rosa María Cano, ha instado a la Administración autonómica a que no demore más esta obra “tan necesaria para los intereses vecinales de la comarca del levante almeriense”.
Con el mismo ánimo de celeridad se manifestó hace unos años el alcalde de Garrucha, Juan Francisco Fernández, cuando aún era delegado de Medio Ambiente Clemente García.La idea es que una vez ejecutada esta nueva instalación, la Junta la ceda a Galasa, empresa pública dependiente de la Diputación Provincial y de los ayuntamientos del Levante.
La nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales tendrá un uso terciario, es decir que las aguas residuales serán tratadas para poder ser utilizadas en otros fines como riego de zonas verdes o baldeo y limpieza de calles.
El gerente de Galasa, Juan Ignacio Moya, aclara que “los malos olores no se deben a vertidos de aguas fecales al lecho del río sino al régimen de brisas de tierra a mar que hace que se produzca esta situación desagradable”.
Y el canon? Recuerda Moya que “los desbordamientos de aguas residuales desaparecieron con la habilitación de un emisario en 2010 que vierte 1.500 metros mar adentro”.
La tecnología de la Estación actual ha quedado obsoleta por el paso de los años y es necesaria una nueva obra. Galasa cobra desde hace unos años un canon en la factura del agua a los usuarios para la financiación de esta obra. El dinero llega a la tesorería de Medio Ambiente pero la obra no se ejecuta. Se trata de un canon finalista para una obra de interés autonómico.
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