La discapacidad vista desde dentro y desde su puesto de trabajo

Un trabajador de la FAAM reflexiona en una carta abierta sobre la labor que desempeña.

Francisco Javier Rodríguez, conductor de la FAAM en el Levante.
Francisco Javier Rodríguez, conductor de la FAAM en el Levante.
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22:00 • 01 jun. 2014

Hoy en día encontrar trabajo es una tarea complicada, más aún para ciertos colectivos. La crisis y los recortes presupuestarios están limitando el acceso al mercado laboral a muchas personas. Conocedor de la realidad actual Francisco Javier Rodríguez, empleado de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad, FAAM, ha agradecido en una carta la oportunidad recibida y hace una reflexión sobre la labor que desempeña.

Este joven de 24 años tiene una deficiencia auditiva, que no le impide desempeñar su trabajo, actualmente como conductor en Huércal-Overa y supervisor del transporte de la Zona del Levante para la FAAM. Pero antes ha desempeñado otras funciones dentro de esta federación, como monitor, en la cocina y trabajos de mantenimiento. Desde junio de 2012 está vinculado laboralmente con esta entidad.

Dificultades
Una actividad que, según señala, le da la oportunidad de desarrollarse como persona. “Me permite poder llevar una vida normal”, señala, a la vez que reconoce que a la gente como él, con algún tipo de discapacidad, se le hace muy difícil acceder al ya complicado mercado laboral. “Todo nos cuesta el doble y estamos en examen constante para demostrar que valemos tanto como cualquiera”, asegura.

“Sé que las personas con discapacidad tenemos más limitado el acceso al trabajo, pero jamás he visto mi discapacidad como un problema. Tengo unos padres maravillosos que me han dado una buena educación, he podido estudiar y prepararme”, apunta este joven.

Actos cotidianos como el uso del teléfono o la comunicación con los demás “a veces son una traba” para él, no sólo para determinados trabajos, sino también en su día a día.

“Al principio cuesta un poquillo, pero se acostumbran a mi forma de comunicación”, responde Francisco Javier Rodríguez al preguntarle por su relación con sus compañeros. “Yo me esfuerzo para leer los labios, aunque también llevo un implante”, cuenta este joven .

Dice estar muy agradecido a la FAAM por darle la posibilidad de trabajar, más aún en algo que le gusta. “No sólo me da trabajo, también me ofrece la posibilidad de llevar una vida digna y normal, a la vez que ayudar a gente con discapacidad”, señala Rodríguez.

“Mi carta está dirigida a la sociedad y más concretamente a los políticos para que se den cuenta de la labor que realizamos, ayudando a tantas personas con discapacidad. Se les da la oportunidad de aprender y relacionarse”, comenta. “Estoy agradecido porque puedo ayudar a ser feliz a más personas”, concluye.





Carta de un empleado de la FAAM

Me llamo Francisco Javier Rodríguez Fernández, tengo 24 años y soy una persona sorda con implante coclear. Trabajo como conductor y supervisor del transporte de la Zona del Levante de Almería para FAAM, la Federación Almeriense de Asociaciones de Personas con Discapacidad. Quisiera decir que las personas con discapacidad construimos igualdad y lo hacemos, con más empeño si cabe, en estos duros momentos de preocupación e incertidumbre que vivimos actualmente. Pertenezco a los casi 900 trabajadores con discapacidad de FAAM, Verdiblanca, El Saliente, etc., todos tenemos una gran preocupación sobre qué pasará con nuestro colectivo y con todas aquellas personas que directa o indirectamente, “dependen” de nuestro trabajo.

Desde que entré en FAAM he trabajado en diferentes puestos, me siento muy afortunado de estar con compañeros discapacitados que trabajamos en equ









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