En verano de 2015, tras consumarse el descenso a Segunda División, el Almería se fue de cabeza a por los mejores futbolistas de Segunda División. Era la apuesta de Alfonso García para volver cuanto antes a la élite, e invirtió en refuerzos por los que media Primera también peleó. Tres años después está a punto de consumarse el cambio de ciclo. Llegaron Morcillo, Montoro, Eldin, Chuli, por el que el club pagó medio millón de euros al Betis por su traspaso, Casto, y continuaron Michel, Dubarbier, Corona y Soriano, entre otros. Pero la gran apuesta del club fue José Ángel Pozo. Centrocampista, joven, que fue fichado por el Manchester City, regresó a España gracias al Almería, que también pasó por caja depositando otro medio millón de euros. Actualmente, Alfonso ha pasado de comprar a vender. Es ley de vida, o de fútbol, cuando la apuesta por el ascenso no salió como se planificó. De hecho, este verano va a perder a su jugador franquicia, José Pozo, que dejará dinero en las arcas y liberará una de las fichas más altas del vestuario. Cabe recodar que el límite salarial de la plantilla es de 6,4 millones.
Ventas
En cuanto Pozo haga las maletas habrá acabado un ciclo en el Almería. Los tiempos de bonanza dejarán paso a un nuevo proyecto, donde se apostará más por la ilusión de hacerse un hueco en el fútbol profesional que por el currículum, en definitiva, del nombre al hambre. Los últimos experimentos no salieron bien, sobre todo con jugadores que llegaron para tirar del carro en momentos delicados y desaparecieron entre lesiones y bajo rendimiento, como Tino Costa y Javi Álamo en los dos últimos campeonatos.Fran Fernández quiere refuerzos con orgullo, y para ello se ha estado peinando el mercado de Segunda B gracias a Ibán Andrés. Con retoques de plata, como Álvaro Giménez y César De la Hoz, y otros que vienen de una categoría inferior, como Adri Montoro, el técnico quiere hacer una mezcla de la que salga una temporada sin sobresaltos, máxime cuando el nivel de clubes es enorme.
El perfil
La revolución es tal en el Almería que no ha renovado a ningún futbolista que ha terminado contrato. Los aficionados esperan un equipo guerrero, que mantenga la regularidad y sufra lo menos posible para mantenerse. Atrás quedaron esas plantillas con aires de Primera o fichajes con más nombre que rendimiento. “Dentro de nuestras posibilidades, haremos un plantel competitivo”, recordó Alfonso García. Esas posibilidades han cambiado. El Almería no agita el mercado, sino que espera a lo agiten.
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