Un niño de 18 años marca el camino

Si la UD Almería volvió a dar el nivel frente al Rayo Vallecano, también regresó la foto de vestuario con la plantilla feliz. Y es que los malos gestos entre futbolistas de los últimos partidos dejaron paso a la unidad de grupo. Delante del micrófono todo es bonito y se gana siempre, pero es en el campo donde la verdad sale a la luz. Y en esta ocasión fue un chaval de 18 años quien dio un ejemplo de lo que tiene que ser el deporte de alto nivel. En un vestuario tu compañero también es el primer rival para ser titular, aunque no por ello enemigo.

Al descanso Kaiky Fernandes esperó uno por uno a los jugadores en la bocana de vestuarios para felicitarles por el esfuerzo. El central sabe que el Almería le ha abierto una puerta gigante para triunfar en Europa y no se toma la suplencia como un castigo o que el entrenador le tiene manía, sino como una oportunidad que no va a desaprovechar.

Ejemplo
Para Samú y Ramazani es más extraño un paso por el banquillo y les puede servir como toque de atención para lo que viene. Y en la línea de Kaiky, que entró en los últimos minutos, Robertone comentó en zona mixta que la ropa se lava en la caseta y se notó un ambiente mucho más llevadero hacia el triunfo después de una larga crisis: “Nosotros siempre estamos tranquilos pero nos faltaba un buen resultado. Sabíamos que la victoria iba a llegar y nos dará confianza para lo que viene ahora en la Liga”.

El error se paga en Primera más que en cualquier otra Liga y le tocó al Rayo Vallecano hincar la rodilla. Robertone puso el 1-0 por el error de Diego y a partir de ahí se desató la locura rojiblanca: “Es un error provocado por la presión. El Rayo no se iba a dar por vencido y se vio hasta el último minuto. Felicidad, confianza y creer más en nuestro plantel porque podemos hacer grandes cosas”. Robertone fue feliz en el campo y Kaiky durante casi 90 minutos en el banquillo. En este deporte hacen falta más chavales con la actitud del brasileño.