LA OPINIÓN: Comenzaba el Carrusel deportivo del pasado domingo con la conexión con Balaídos donde Carlos Miralles anunciaba la buena nueva de que “Rubi acabará la temporada para lo bueno y para lo malo”. No se lo había inventado y el anuncio nace de un cambio de impresiones con el director único deportivo Joâo Gonçalves.
Y la cara del entrenador por la televisión reflejaba antes del Celta-Almería cierta relajación como si el mandamiento llegase de Palacio con el visto bueno de Turki que, como siempre, se reserva la última palabra.
Un calendario apretado en abril y con solo 11 jornadas por delante: todo el crédito se lo ha dado Joâo a Rubi para lo bueno y para lo malo. Vamos que acabará la temporada en el Almería y ya veremos en qué categoría lo hace.
Palabra de Turki
Lo que diga el director único deportivo y lo que manifieste en el campo el equipo de Rubi está supeditado a lo que diga la ‘jefa’ que es la que manda en el fútbol y está por encima del ministro. La clasificación tendrá la última palabra siempre.
Para el mes de abril parece claro que no se mueve el banquillo del Almería como también parece evidente que no habrá una bomba de relojería en las últimas jornadas. Pero nadie sabe lo que piensa el dueño del club: es imprevisible.
Voz de la plantilla
El director único deportivo se ha ganado a pulso el prestigio en el club con buenos fichajes y mucho dinero para el presidente. Los jugadores han llegado gracias a su gestión y mantiene con ellos hilo directo para pasar consulta.
Seguro que los profesionales han dado su opinión sobre el trabajo de Rubi y le han dicho a Joâo como caza la perra en el apartado futbolístico de puertas para adentro. Joâo sabe el terreno que pisa antes de tomar una decisión.
Convencido
La comunicación es fluida entre el director único deportivo y el entrenador. Ellos siguen confiando en el plan establecido a comienzos de temporada y van con él hasta el final.
Rubi dice que va a salvar al Almería y Joâo ha confiado en su palabra pese a que el equipo sigue sumando jornadas en descenso. La obligación del entrenador es corresponder a toda la confianza que han depositado en su trabajo.
Saber que va a terminar la temporada debe de actuar de revulsivo.
Esperemos que Turki no tenga que bajar el dedo.
Aquí manda la jefa (la clasificación), digo.
Vamos a ser los últimos en cambiar de entrenador.
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