"No me gusta perder a nada. Es un defecto y a la vez una virtud que te lleva a mejorar para conseguir objetivos". El Vicente Moreno más cercano. El técnico de la UD Almería deja huella allá donde va y quiere hacer lo propio en el Mediterráneo gracias a la oportunidad que le ha dado Turki Al-Sheikh, que lo ha seguido muy de cerca en Arabia Saudí.
En un recorrido por la trayectoria del valenciano, su salto a los banquillos viene cuando cuelga las botas tras 412 partidos en el Xerez. Aquella rueda de prensa de despedida fue de las más duras de su vida porque es el momento que nunca quería que llegara: "Recuerdo ir a la rueda de prensa convencido y concienciado, pero me derrumbé. Ahí te das cuenta de que se ha terminado tu carrera. Logré jugar en Primera, que era mi sueño, pero se acabó".
Salto a entrenador
Cuenta que en su última etapa como jugador del Xerez empezó a entrenar a canteranos y una de las anécdotas que guarda en su libro futbolístico tiene que ver con las bases: "Me llamaba la atención el mundo de los banquillos. Cuando dejara de jugar pensaba en dirigir a niños, en la escuela de mi pueblo, e incluso en el año que jugaba en Primera entrenaba al equipo infantil del Xerez. Un futbolista me dijo una vez en un partido estábamos jugando con diez… no me di cuenta. No sé si fue por un cambio o despiste de algún jugador pero fue culpa mía, evidentemente".
Un golpe
Ya en un banquillo importante como el del Nástic de Tarragona, Vicente Moreno logró el ascenso a Segunda División, se clasificó para el Play Off pero a la campaña siguiente los resultados no llegaron y tuvo que marcharse en diciembre. De ese golpe también se aprende: "Tres años magníficos, en los que te crees que eres el rey del mambo, pero tienes una mala temporada y tienes que salir del Nástic".
De palabra
Otra historia curiosa tiene al Mallorca, por aquel entonces en Segunda B, como protagonista. La palabra estuvo por encima de todo, incluso de ofertas más suculentas de categoría profesional, pero a él le ilusionaba iniciar un proyecto desde cero y gracias a esa valentía ascendió de la tercera categoría a Primera en solo dos años: "En tres o cuatro días me comprometí con el Mallorca y antes de firmar aparecieron oportunidades en Segunda, pero fui hacia adelante porque di mi palabra y veía una gran oportunidad. Puedes creer en la suerte, pero sin trabajo no consigues las cosas".
Confianza
A punto de iniciar su etapa con el Almería con la pretemporada en pocas semanas, Vicente Moreno entiende que gran parte del éxito tiene que ver con las personas que lo rodean. La gente que no sale en la foto es igual de importante que él: "Eres el que da la cara día a día pero tienes que rodearte de gente buena, de nivel, y calidad personal".
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