“Prueba del algodón para el Almería, Lasarte y la afición”

Con un gran desgaste emocional tras lo sucedido el pasado martes en Sevilla se presenta el Almería ante su afición con el objetivo innegociable de conseguir tres puntos de una tacada por primera vez en esta aciaga Liga de los rojiblancos. Tras la debacle del Pizjuán, decíamos en la previa que era un escenario envenenado para Moreno, una conversación urgente entre Turki Al-Sheikh y Mohamed El Assy acabó con la vida del entrenador valenciano al frente del plantel rojiblanco. Vicente Moreno cierra su breve paso por el Mediterráneo siendo el preparador con menos bagaje como titular de su banquillo: cinco derrotas y dos empates.

El cese del entrenador no se hizo oficial hasta el viernes, tres días después, porque no podía ser de otra forma ya que para que el club lo comunicara era preciso que Moreno firmara el finiquito, lo que no sucedió hasta la mañana del viernes. En una actuación absolutamente correcta por parte de la directiva almeriense, que algunos desconocedores de las normas que rigen para los casos de expulsión de un técnico no dudaron en poner en tela de juicio.

También se viene cuestionando que aún no se hubieran mantenido conversaciones con entrenadores antes del cese del anterior, ignorando el hecho de que un técnico no debe negociar con un club que tenga un míster en nómina y en activo.

El míster

Llegado el momento de tener que hacer frente a la visita del Granada, nuestros jugadores no van a estar huérfanos de dirección sino que contarán con Alberto Lasarte, el técnico de la casa que la temporada pasada se proclamó subcampeón de España con el juvenil y que en el presente curso no conoce la derrota con el filial. Me parece una solución absolutamente acertada.

El técnico jiennense afincado en Almería tiene la misión de cambiar radicalmente la cara del equipo haciendo que aparezca como un conjunto tácticamente disciplinado, bien colocado, agresivo, intenso en las disputas y sólido. Parecen demasiados objetivos para sólo tres días de trabajo, pero estoy convencido de que Lasarte está preparado para lograr la mejora que el equipo necesita.

Sangría

La culpa de que el Almería sea el peor equipo de la Liga está en los 18 goles que ha encajado que han hecho que de los 8 tantos marcados sólo 3 hayan servido para puntuar. El duelo de esta tarde enfrenta a los dos últimos clasificados en un combate verdaderamente dramático para los nuestros que cierran la tabla con dos puntos menos que el Granada. Ganar es alcanzar el cielo, entrar en una dinámica positiva, dejar atrás viejos fantasmas y dotar al plantel de una dosis de autoestima que necesita como el comer.

En cuanto a la parcela estrictamente deportiva el pitido inicial de González Fuertes servirá para conocer las medidas que en todos los órdenes ha tomado Lasarte para conseguir el objetivo. En cualquier caso el técnico del filial viene avalado en su trayectoria por dotar a sus equipos del equilibrio necesario para triunfar. Confiamos que esta tarde lo logre ante una afición que olvidado el mal trago del pasado martes acudirá en masa dispuesta a dejarse la piel en el afán de arropar a los suyos ante el trascendental desafío que supone el derbi ante los nazaríes.

Sala médica

Lasarte tendrá que hacer frente a la final que le ha tocado dirigir con las bajas de Robertone y Marc Pubill y la duda de César Montes que se retiró con molestias en Sevilla y del que no hemos tenido noticias durante la semana.

La situación del Granada es menos urgente que la del Almería. Sus cuatro puntos y la escasez de botín de la mitad de los equipos les hacen contemplar la salida del infierno a tiro de un partido. Los diez goles que ha logrado hablan de su potencial ofensivo, una parcela en la que destacan Lucas Boyé y Bryan Zaragoza, autores de la mitad de las dianas del conjunto de Paco López.

Árbitro

El partido contará con la dirección del internacional González Fuertes, en su penúltima campaña en activo por imperativo de la edad. El riojano no es un árbitro que brille por su regularidad. Esperemos ver de él su mejor versión. En la sala VAR, que este año ha sido casi completamente anulada por imperativo de algunos árbitros en activo y por la caverna, estará Prieto Iglesias, toda una garantía.