En la rueda de prensa posterior al duelo contra el conjunto balear Garitano no tuvo pelos en la lengua, como es norma en este buen técnico vasco, y denunció: “Las carencias que tenemos a nivel de Primera División son muy grandes”. Una verdad como una catedral.
No se debe de olvidar que la temporada pasada el Almería se salvó del descenso en el último segundo y, parece evidente, que los movimientos realizados en el mercado veraniego no han mejorado la competencia, sino todo lo contrario. Ni Édgar ni César, sobre todo el mexicano, transmiten la seguridad que irradiaban Babic y Ely. Ni Baba ni Lopy mejoran a Samú, y Melero sigue en la dinámica de lesiones de siempre.
Declaraciones
Pero donde el panorama es aterrador es en la posición de ariete. Al respecto Garitano fue claro al señalar que “no hay un equipo en el mundo que juegue sin delantero centro”. Y lleva razón.
Así que el técnico, a pesar de ser un empleado, debe hacerse fuerte y pedir refuerzos de garantía en todas las líneas. Un central de máximo nivel. Un jefe con mando en la sala de máquinas, un extremo con regate y gol y dos delanteros. ¿Dónde están? Mohamed y Joao deberían de saberlo porque para eso les paga Turki y de manera generosa, como a todos los empleados de la entidad almeriense.
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