Es como cuando al alumno no se le dan bien las matemáticas o el inglés. La UD Almería ha cerrado la primera parte de LaLiga con asignaturas suspensas y una de ellas es la estrategia, el balón parado en contra. Lo que el año pasado era un filón para Rubi, con muchos partidos que se solucionaron por esta vía, todo se ha dado la vuelta y ni Vicente Moreno ni Gaizka Garitano han logrado dotar al equipo de ese músculo y concentración que requieren dichas acciones. Precisamente el entrenador se ha quejado en más de una ocasión de la falta de fortaleza de su plantilla en el uno contra uno y a las pruebas se remite. En cualquier duelo, ya sea dentro en el área o a cincuenta metros de la portería, el rival suele salir vencedor y así es prácticamente imposible ganar. Mucho ingeniero y poco albañil, como se suele decir en el fútbol.
Análisis
Los futbolistas son los primeros que asumen sus fallos. El Almería es el conjunto de Primera que más ha encajado de estrategia en toda la campaña con 12 tantos, contando también los cuatro penaltis que transformaron Rayo Vallecano (2), Granada (1), y Real Sociedad (1). Y menos mal que Maximiano detuvo uno a Puertas y falló Hagi.
Más allá del dato, el análisis profundo destaca que esos goles cuestan puntos. Seguramente no darían para salir del descenso, pero sí para vivir un poco más cerca del Cádiz, ahora a diez de distancia, marcando el límite con la zona roja.
El primero en aprovechar el balón parado fue el Cádiz con una falta que transforma Luis Hernández, que subió a rematar. También el Celta, con Unai Núñez, donde la defensa se hunde y Maximiano no sale en área pequeña. Con el Sevilla más de lo mismo con En-Nesyri para abrir el marcador, siendo la última cita de Moreno en el banquillo a finales de septiembre. El colmo llegó con la Real Sociedad. Los tres tantos fabricados a raíz de un córner. El primero con peinada de Elustondo y gol de Oyarzabal. El segundo con penalti por mano de Akieme -transforma Carlos Fernández-, y el tercero una repetición del primero con distinto rematador: Zubimendi. El Alavés marca tras tocar cuatro veces la pelota en su área y el Barcelona, que a lo largo de estos años no había mostrado especialmente una pizarra demoledora, hace dos con Raphinha y Sergi Roberto a los mandos. Demasiada carga para sostenerse en partido.
Inferior
La fragilidad defensiva, que no incumbe solo a los cuatro o cinco de atrás, se demuestra también con los 42 tantos encajados, de los cuales 39 son dentro del área. Solo Suso (Sevilla), Unzuni (Granada), y Greenwood (Getafe), lo hicieron desde fuera. O Garitano encuentra la solución con los fichajes que lleguen en enero o al Almería le va a costar un mundo defender bien la pizarra del adversario. La casa se desmonta por todos los lados. Menuda Liga.
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