Cuando llegó al banquillo había muchas bajas, ha estado haciendo alineaciones sin delantero centro durante meses, ha probado todos los sistemas y defensas para cerrar la sangría goleadora, intentó poner en forma física al equipo en plena temporada, pero Gaizka Garitano ha cumplido 14 jornadas al frente del Almería y no ha conseguido su objetivo: ganar. De hecho, no se recuerda ningún entrenador de LaLiga con tantos encuentros sin vencer y aguanta en el banquillo porque Mohamed El Assy lo ratificó confiando en su método.
Si el vasco sigue en el banquillo se debe a que internamente se da por hecho que el proyecto va camino de Segunda División y que el problema ya no tiene reparación. El mensaje de Garitano en Mestalla muestra que los meses en blanco pasan factura en lo deportivo y lo anímico: “En nuestra área no somos de Primera División”. Apunta a la fragilidad de la plantilla, si bien él también es responsable por no haberla dotado de mayor seguridad en este tiempo.
Disparados
Los goles del Valencia no son nada del otro mundo. Hugo Duro se sale de la marca de los centrales y remata a placer dentro del área. En el segundo una pelota colgada que Yaremchuk aprovecha ante la desorganización total de Montes y Chumi. En el deporte del acierto-error siempre se impone lo segundo. Y lo más decepcionante es que se vuelve a hablar de la estadística. Que si dobla en disparos al contrario, más llegadas a portería, más saques de esquina, Melero mandando a las nubes la pelota en boca de gol con empate a cero... Esta película ya se ha visto por Almería y el “hubiera” no gana partidos. El Assy tenía razón cuando analizaba el gasto en fichajes del verano; nadie duda de la capacidad individual de cada jugador, pero cuando todos están lejos de su nivel y acumulan 23 jornadas sin ganar no es solo por un problema mental.
La actitud no se discute, pero la aptitud sí. A un deportista profesional se le saca en la foto por sus aciertos y errores, aunque la crítica nunca suele gustar ni siendo constructiva. Absolutamente nadie se salva de este descalabro histórico.
Problema
Melero lanza a las nubes porque el fútbol no fluye por la mente, sino la mala dinámica, los meses sin ganar; Montes y Chumi llevan en la cabeza que a la más mínima le van a meter un gol; y Maximiano más de lo mismo. Hasta Garitano se resigna en rueda de prensa asumiendo que atrás no hay nivel para la categoría y eso ya “es difícil de mejorar”.
Aún no se sabe si el Almería acabará como el peor equipo de la historia de LaLiga, pero sí que este año va a quedar para siempre en las páginas negras del club y del palmarés de futbolistas y míster. Garitano ha tenido catorce partidos para levantar esto y no ha podido. Esta crisis también le ha superado. Y la afición demostrando que el sentimiento está por encima de todo y de todos.
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