Sin contundencia en las dos áreas

El equipo fue pasando de forma acelerada de dominador a ser dominado y acabó perdiendo

El capitán Robertone al final del Almeróa-Villarreal.
El capitán Robertone al final del Almeróa-Villarreal. Juan Sánchez
Miguel del Pino
13:47 • 22 abr. 2024

Decíamos en nuestro análisis de lo sucedido en Anoeta que el Almería había pasado del cero al infinito con los cambios, queriendo significar que las modificaciones introducidas por Pepe Mel en el partido habían mejorado considerablemente el rendimiento de su equipo.





En el duelo del pasado domingo ante el Villarreal sucedió todo lo contrario porque los cambios que fue realizando el entrenador a lo largo de la segunda mitad fueron ensombreciendo el juego de un Almería que venía siendo muy superior a su rival.








La pizarra



Sacar del campo a Viera, Lozano y Embarba es un lujo que ningún entrenador del mundo debería permitirse. Por muy fatigados que estuvieran los tres futbolistas mencionados su rendimiento siempre será superior al de los que entraron. Todo ello porque la ausencia de Lozano fue cubierta por un extremo, Baptistao. Con la ausencia de Viera el conjunto perdió su celebro organizador del juego de ataque y su mejor pasador en zona de riesgo para el rival.




Finalmente el paso de Embarba al vestuario dejó un hueco irrellenable en la banda izquierda que perdió protagonismo tanto en ataque como en el de la solidaridad con Langa.


El Almería fue pasando de forma acelerada de dominador a ser dominado y acabó perdiendo un partido en el que había jugado como los ángeles. Al término del duelo Pepe Mel hizo un análisis perfecto de las razones por las que el Almería no se impuso a un Villarreal netamente inferior en juego y ocasiones. Son dos: La falta de contundencia en el área propia y de eficacia en la del contrario. Yo considero que el no dominar el juego en las áreas ha sido el factor determinante que va a llevar al Almería a volver a jugar la próxima campaña en el infierno de Segunda, una división tremendamente difícil y competida en la que para ganar los partidos hay que dejarse la vida.


Balance
En el caso que nos ocupa y nos preocupa, el de la derrota ante el cuadro castellonense, los datos estadísticos del partido son demoledores y fiel reflejo de la superioridad de los nuestros, como el propio entrenador del cuadro villarealense manifestó en rueda de prensa tres el choque, algo que no es nuevo porque Michel, entrenador del Girona ya se manifestó en los mismos términos cuando su equipo empató en el Power.


El Almería le arrebató la pelota al Villarreal, algo de lo que tuvo mucha culpa Lopy con su marcaje a Parejo el dominador de la sala de máquinas de su equipo, consiguiendo un 57 por ciento de posesión por sólo un treinta y 33 por ciento del contrario.


Los de Pepe Mel fueron una apisonadora para los de Marcelino que vieron como los nuestros eran capaces de realizar hasta 24 remates sobre la meta de Jorgensen por tan solo 11, menos de la mitad sobre la de Maximiano. El conjunto visitante sobre obligó a intervenir al meta rojiblanco en una oportunidad y los otros dos remates a portería fueron goles, Jorgensen hubo de tomar cartas en el juego para detener cuatro de los cinco disparos a portería de los delanteros almerienses.


Y es en este apartado donde aparecen las diferencias que hacen que el Villarreal mire hacia arriba y el Almería sea último. La eficacia del Villarreal en sus tres disparos a portería fue del 67 por ciento y la del Almería sólo del 20 por ciento, es decir, que en el área rival los castellonenses fueron tres veces más eficaces que los almerienses.


Una vez más el Almería volvió a competir y a demostrar que el fútbol ha sido cruel con el equipo en la presente campaña, pero toca mirar hacia adelante sin ira y con ilusión porque este proyecto va a seguir adelante con más fuerza que nunca la próxima temporada y porque estoy convencido que el triunfo en el Power está cada vez más próximo, quizás en la jornada venidera con el Getafe como visitante.


El partido tuvo una 'tercera parte' en el vestuario con Ramazani y el inmoral deportivo Ortiz Arias como protagonistas. El belga estalló porque Arias lo había ninguneado en el partido tomando dos decisiones injustas que minoraron su trabajo y perjudicaron al equipo. Le amonestó por decir ‘no’ al ser castigado con un fuera de juego que no existió, mientras Vinicius dice todo cuanto quiere en la nariz de los árbitros, y volvió a ver amarilla por tocar la cara de un rival en un movimiento natural y sin ninguna intención de golpearlo.


El Comité cómplice de la Federación sospechosa de todo lo castigará duramente, como siempre ocurre con el Almería y Arias a seguir forrándose de pasta.


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