La agroalimentación está siendo todo un revulsivo en los últimos años para varios municipios almerienses, que ven cómo está creciendo esta industria y que, además, aprovechan esta circunstancia para convertirse en un atractivo turístico.
Uno
de los casos más representativos de toda la provincia es sin duda el
de Lubrín. La presencia de varias empresas cárnicas y de productos
como su conocido aceite y su miel, entre otros muchos, no sólo le
sirve para que su nombre de la vuelta al país sino para la
organización de eventos como la reciente Feria de la Alimentación
Rural, enmarcada dentro de las Fiestas en honor a la Virgen del
Rosario del municipio.
Lo
que nació hace algo más de veinte años básicamente como un
concurso de cocina entre vecinos ha logrado que el pasado fin de
semana más de 2.000 personas acudieran a Lubrín para conocer,
degustar y, por qué no, adquirir los productos de la tierra. El
evento se ha convertido por lo tanto en todo un escaparate para el
pueblo de Lubrín y sus productos con el reparto, según los cálculos
del Ayuntamiento, de "unas 6.000 tapas” a lo largo de toda la
jornada del 8 de octubre.
Para
el alcalde de la localidad, Domingo Ramos, esto “se está
convirtiendo en una gran feria de alimentación rural en la que
además del concurso gastronómico, que es su origen para mantener
las recetas de nuestros padres y abuelos, pero queríamos también
promocionar nuestros productos estrella como son el aceite, la miel,
el cabrito…”, ha enumerado entre otros productos el alcalde
durante una entrevista este martes en la Cadena SER Levante. Además
de a las empresas el regidor ha querido hacer extensivo su
agradecimiento “a los concejales del equipo de gobierno, a los
trabajadores del Ayuntamiento porque esto lleva mucho trabajo”.
Pero
el desafío para no morir de éxito llega a partir de ahora, una vez que esta cita se ha popularizado más allá del municipio. Desde el Consistorio
ya piensan cómo hacer para que el evento siga evolucionando sin olvidar sus
raíces y de forma ordenada. “Este año ha salido perfecto porque
hemos podido dar un buen servicio a las 2.000 personas aunque haya que
esperar en algunas filas con los productos más elaborados, pero si
esto sigue creciendo nos vamos a tener que reinventar de nuevo, por
lo que estamos estudiando qué decisión tomamos”.
Por cierto, para que no se pierda la esencia, lo importante: el plato ganador del concurso gastronómico fue una fritada y, en los postres, un pastel de higo.
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