Dónde desayunar en Almería: la increíble mezcla de la tostada-donut

La primera vez que escuché hablar de Spainow, reconozco que me pareció toda una excentricidad. "Funden el queso con soplete frente al cliente", fue la frase que acaparó toda mi atención, concretamente la visión de esa llama azul saliendo del pistolete bronceando el queso. Eso es algo que nadie que sienta devoción por el desayuno puede dejar pasar, y un 'foodinetero' menos aún. Así que me planté en la Avenida de los Ángeles con Carretera de Granada nº 213, y después de buscarle aparcamiento a la Foodineta (empresa complicada por esas calles) ya estaba sentado en una mesa corriente, de una cafetería corriente, con el café con leche, preguntándome ¿de dónde sale el glamour del soplete?

A la carta se accede a través de la cuenta de Instagram del local, o eso me dijo el camarero cuando le pedí el menú de 30 tostadas del que me habían hablado. Una vez el dispositivo móvil hizo su trabajo, la curiosidad por el soplete cayó en saco roto cuando se presentó ante mis ojos el inmenso catálogo de tostadas, a cada cual más difícil de crear por su combinación de ingredientes. El choque de convoyes de lo salado y lo dulce al servicio del espectáculo.

La tostada del donut y la quemada a soplete

Entre todas las posibilidades de la carta, en las que se puede encontrar un gofre con lomo Sajonia, queso roquefort y mermelada de vino tinto, o una tostada de pan de maíz con sirope de limón, almendra picada y crema de galleta, sobresale una en concreto la tostada 'Baeza' (4,30€) o la tostada de donut. Sí, has leído bien, la tostada de donut. Esta creación que haría que los puristas del desayuno se lleven las manos a la cabeza, se compone de un mollete con base de lorenzana, jamón braseado, queso manchego, queso parmesano y coronando esta estructura un donut con mermelada de pimiento. Al principio da vértigo y lo único que puedes pensar es en los ardores de después, pero por increíble que parezca, todos los sabores están bien compensados, y el dulzor rebajado.

Aunque había descubierto una rara avis de la llamada 'comida más importante del día', la misión era ver aquel soplete rostizando a diestro y siniestro, así que había que ordenar la tostada 'Fuego' (4,15€), compuesta de pan rústico, aceite de hierbabuena, atún, tomate Raf, tortilla francesa, queso manchego y 'azúcar de cristal'. En cuanto el plato hubo tocado la mesa, el camarero, estricto con las medidas de seguridad, pidió retirar la servilleta del plato para "no quemar nada". Acto seguido vertió el azúcar moreno sobre el queso y sacó el pequeño soplete de llama viva con el que empezó a 'churruscar' la parte parte de arriba de la tostada. La caramelización del azúcar cristalizaba sobre un queso que se derretía sensualmente. Una vez más, la combinación de lo dulce con lo salado, volvía a estar equilibrado.

Uno de los aspectos a destacar, es la generosidad de los ingredientes, es cierto que por el precio, ya debe ser, pero esta tostada, hace gala de cubrir su pan con casi dos dedos de atún, y el queso tampoco le va a la zaga.

El propietario del local confiesa que sus creaciones se ven limitadas por escaso espacio que tienen para trabajar sobre éstas. Un vistazo hacia la barra revela un tostador de cafetería convencional con dos alturas en un rincón, y un reducido ambiente donde se disponen los utensilios para preparar las tostadas. Aún así, este hándicap no amilana a un visionario hostelero, que ya está cavilando la posibilidad de incorpora una sistema de ahumado mediante una tulipa de cristal a las tostadas.

A la búsqueda de ingredientes que son Patrimonio de la Humanidad

El Spainow lleva dos décadas situado en la esquina de la Avenida de los Ángeles con Carretera de Granada. Emplazado en uno de esos sitios que da gusto pasear, donde aún si mantiene la esencia de barrio con pequeños comercios y ajetreo de vecinos. Sólo en 20 segundos, partiendo  desde esta cafetería se puede hacer un recorrido por 4 bares hasta llegar a La Guindilla, establecimiento de tapas tradicionales. Teniendo en cuenta que Spainow es una cafetería de las de toda la vida, de esas que esperas un café con leche en vaso de caña y media de lorenzana y a ser posible el periódico..., la pregunta espoleada por mi curiosidad ante tal menú es la siguiente: ¿Cuándo empezó todo esto? Juan Carlos, propietario del negocio explica que el inicio de este tipo de tostadas nació con la pandemia y el confinamiento. "Teníamos mucho tiempo libre y me puse a pensar como darle la vuelta a la tostada tradicional. Además de probar ingredientes y técnicas que siempre había querido implementar".

En ese pandémico año, Juan Carlos empezó a realizar viajes por la provincia a la búsqueda de mermeladas de sabores poco convencionales. Este ejercicio de rastreo también lo ha repetido con alguno de los panes de sus tostadas, como el 'ochío' un pan rojizo de aceite de oliva virgen extra, pimentón y anís, producto de la tradición panera de Jaén, y Patrimonio de la Humanidad de Úbeda y Baeza (ahí es nada).

A modo que avanza la conversación con el propietario, y observo la terraza llena de comensales apurando el desayuno, me resulta fácil de entender la relación que tiene Spainow con sus clientes, son ya una familia bien avenida y consolidada que cuyo intercambio de opiniones se dirigen hacia el desarrollo del bar. "Recibo ingredientes y combinaciones de tostadas por parte de los clientes a través de las redes sociales y las pongo en carta. 'La Parka' o 'Fina' han sido las últimas propuestas que he recibido". Spainow más que una cafetería es una experiencia interactiva.