Cuando faltan poco más de tres semanas para el inicio del curso en Andalucía (el regreso para los alumnos de Infantil y Primaria está previsto para el 10 de septiembre), aún se desconocen los puntos más importantes sobre cómo reabrirán los centros educativos. Según Educación, la ministra Isabel Celáa se encuentra en contacto con los consejeros autonómicos para trabajar en el diseño de un inicio de curso seguro en septiembre, en el que se confía en priorizar la presencialidad, especialmente en las etapas inferiores. Por su parte, asociaciones de padres y madres y el gremio del profesorado critican "improvisación" y falta de consenso entre las consejerías autonómicas y la comunidad educativa.
Al respecto se ha hablado este miércoles en el 'Hoy por Hoy' de la Cadena SER, donde Leticia Cardenal, presidenta de la Confederación Española de Asocaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), ha recordado que una vuelta a las aulas "segura" es una "pieza clave", porque la enseñanza online "deja a muchos chicos y chicas atrás".
Desde CEAPA se ve "necesario" una vuelta presencial "siempre que Sanidad lo garantice", pero su presidenta no cree que Administración, comunidades y Gobierno estén trabajando con suficiente antelación para garantizar esa seguridad. "Hay comunidades que lo están haciendo bastante bien pero hay otras que tienen muchas dudas", ha expuesto.
Protocolos
Uno de los puntos que más preocupan son los protocolos que se están haciendo desde las comunidades autónomas "porque se están haciendo de manera unilateral sin contar con el apoyo de la comunidad educativa" ha manifestado Cardenal, que asegura que confían en Sanidad, pero tiene miedo porque "no queremos poner en riesgo a nadie. Por encima del derecho a la educación está el derecho a la salud y solo Sanidad será quien nos diga si se puede o no volver".
Cardenal ha reconocido también que consideran que existen "muchas lagunas" entre las medidas que se van proponiendo, como la de crear los llamados grupos burbuja. "Al final cómo garantizas que solo tengan relación entre ellos y también en cuanto al profesorado, hasta ahora vemos que un profesor puede dar a varios grupos", se pregunta.
"¿Si un niño estornuda en medio de un aula qué va a pasar, cómo tiene que actuar el docente?", ha cuestionado. Desde CEAPA creen que se está dejando en manos del profesorado "mucha resposabilidad".
Tranquilidad desde Educación
Mientras tanto, desde el Ministerio siguen llegando mensajes de tranquilidad, y aseguran precisamente que "durante todo el verano" han trabajado de manera conjunta Educación y de Sanidad con las comunidades y que Celaá está "en contacto" con los consejeros del ramo.
Lo subrayó la propia Celaá el pasado domingo a través de su cuenta de Twitter, donde aseguraba que durante estas semanas las comunidades se han mantenido "en diálogo constante" con Educación y con ella misma, y que estaban haciendo "un incesante trabajo para diseñar una vuelta segura a las aulas". Asimismo, insistía en los planes que los centros han preparado siguiendo las recomendaciones sanitarias, pero no hay consenso.
Los sindicatos tampoco lo ven claro
Los principales sindicatos docentes del país tampoco lo ven tan claro. El martes trasladaron su "preocupación" a pocos días de que ellos, los primeros en volver cada año, comiencen sus claustros. Reclaman un incremento sustancial de las plantillas de profesores con el objetivo de reducir las ratios para el próximo curso 2020-21 y garantizar un regreso seguro. Para los profesionales, esta es una medida clave para volver a las aulas.
Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de CC.OO., considera urgente la implementación de planes y "recursos" que garanticen una asistencia presencial "segura", algo que, según detalla, no existe salvo en la Comunidad Valenciana, "donde hay un acuerdo de toda la comunidad educativa para reducir las ratios" y el formato semipresencial en la educación Secundaria.
"En el resto de comunidades la tónica general es que el plan es que no hay plan", ha criticado García, que considera en esa línea que se está planteando una vuelta a las aulas "como si no pasara nada".
Algunas comunidades como Aragón aseguran una vuelta "lo más normal posible". El presidente Javier Lambán lo apuntó así el martes, señalando que en Infantil y Primaria intentarán que las clases sean "con presencialidad absoluta". No obstante, matizaba Lambán que a partir de tercero de ESO y Bachillerato se combinaría la enseñanza presencial con la telemática. Además, ha asegurado que aquellas familias que no tengan medios telemáticos para la enseñanza "tendrán ayudas del Gobierno".
Estos planteamientos se siguen según el protocolo publicado por Educación en junio sobre "Medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a COVID-19 para centros educativos en el curso 2020-2021", en el que se apuntaba que se priorizará "la asistencia de parte del alumnado, por la evolución de la pandemia" y "se mantendrá la presencialidad en los niveles y etapas inferiores (hasta los 14 años)".
Por su parte, en Galicia, el vicepresidente de la Asociación Gallega de Escuelas Infantiles, Fernando Rolland asegura que sigue habiendo miedo entre padres y madres, y reconoce que es un reto vovler a abrir tras más de cinco meses con las puertas cerradas.
Rolland, que se reúne este miércoles con la Xunta, ha explicado que mantienen hasta la fecha la idea de llevar a cabo los grupos burbuja, y en ese sentido ha explicado el protocolo a seguir cuando un niño tenga síntomas de coronavirus: "Se le aislará, tenemos que tener una zona para hacerlo, y después llamaremos inmediatamente a su familia y esta a su médico de salud, que es quien valorará y hará la conveniente PCR". Las clases seguirán con normalidad pero en caso de que la prueba salga positiva se aislará también a todo el grupo".
En cualquier caso, aún falta por conocerse las medidas finales que se adopten en la Conferencia de Presidentes prevista para la semana que viene entre Pedro Sánchez y los presidentes autonómicos sobre el inicio del curso escolar, con escasos días de margen ante la reapertura de colegios, institutos y guarderías.
Así se ha hecho en Europa
El resto de países europeos se han convertido en un espejo en el que mirarse. Desde que hace poco más de una semana Alemania comenzara su tradicional vuelta escalonada a las aulas, otros países han ido abriendo las puertas y ventanas de sus escuelas. Aunque cada uno ha establecido medidas en función de la situación en la que se encuentran con respecto a la pandemia, coinciden en muchas de ellas: refuerzos en la limpieza de los centros, higiene continua de manos, grupos separados y ausencia de mascarillas.
Este miércoles han hablado en 'Hoy por Hoy' dos madres y un padre (este último también profesor) que residen en Alemania, Noruega y Suecia respectivamente sobre cómo está siendo la nueva normalidad de los más pequeños en estos países.
Lo más significativo en Alemania tiene que ver con los horarios. Esta oyente explica desde Berlín que en el colegio de su hijo "tienen tramos de dos horas de clase seguidas y pausas de media hora entre cada tramo". Además, antes de entrar al aula deben lavarse las manos con jabón durante treinta segundos, apunta.
Sin embargo, el uso de la mascarilla no está tan definido en el país. Los escolares deben llevarla en el interior del colegio, pero pueden quitársela en clase. En cualquier caso, explica esta madre, fuera de los mismos "no se lleva mascarilla en la calle, solo en lugares cerrados".
Otra de las pautas significativas ha sido la separación entre grupos. "Durante las pausas para comer procuran que nadie se mezcle. Ahora tienen que comer más rápido en el comedor para que pasen otros grupos", señala. El objetivo en Alemania es no tener que cerrar colegios enteros, aunque ya se han dado algunos casos de positivos en la capital para lo que se procedió al aislamiento del grupo.
Por su parte, desde un instituto de Oslo, un profesor y padre de tres niños ha apuntado que las medidas en Noruega se parecen mucho a las de Alemania, salvo por el número de alumnos por aula "que no permite que la distancia de seguridad funcione". Este docente asegura que "nadie lleva mascarilla" en el país nórdico, ni en los colegios, ni en la calle, ni en el transporte público porque no es obligatorio, aunque el pasado viernes se estableciera como pauta llevarla en este último. Eso sí, "tenemos gel hidroalcohólico por todas partes", señala.
Considera que se dan "situaciones muy curiosas" debido a la medida principal adoptada para los centros educativos: la separación entre grupos. "Durante los recreos se han marcado zonas para cada grupo, el otro día en la pista de fútbol había un grupo de tres adolescentes jugando solos mientras que otro grupo de hasta treinta alumnos solo podían mirar".
Sin embargo, es habitual, asegura, que no pueda haber distancia social en las aulas porque los grupos no se han reducido "como pensábamos los profesores", y llegan a ser hasta 30 alumnos por clase.
Tampoco es obligatoria la mascarilla en Suecia. Desde Gotemburgo, una oyente asegura que "es raro ver a alguna persona llevándola". En lo que sí hacen también hincapié es en el lavado de manos y el refuerzo de la limpieza de las aulas y demás instalaciones de escuelas e institutos.
Como en Alemania, también guardan distancia al almorzar en el comedor, y también en este caso en el aula, ya que según apunta esta madre, "no se superan los 25 alumnos por clase".
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