El 17 de junio de 2003, a las 10.30 de la mañana, Antonio Peñafiel Hernández, un almeriense nacido en Gádor, teniente coronel de la Guardia Civil, se presentó de paisano en el cuartel Comandante Molina de la Guardia Civil de Albacete. Llevaba consigo un maletín portafolios. Una vez en la zona de Seguridad nada más cruzar la puerta se dirigió a uno de los despachos solicitando hacer una llamada telefónica pidiéndole al suboficial de servicio que le dejase un momento solo. Lo tenía todo premeditado. De uno de los cajones de la mesa del despacho donde habitualmente dejan los agentes sus armas, sacó una pistola revisó el cargador y se la colocó en la cintura.
Todo sucedió en escasos minutos. Cruzó el patio y se dirigió a la Plana Mayor dispuesto a tomarse la justicia por su mano. Primero y por sorpresa le descerrajó dos tiros al comandante Isidoro Turrión de 40 año a quien le culpaba de todos sus males. Luego se dirigió al consultorio medico y disparó a quemarropa contra el medico Francisco Naharro de 70 años. No estaba de acuerdo con los informes del galeno sobre su estado de salud mental. Los dos murieron en el acto.
Cumplida la primera etapa del plan, con el cuartel totalmente alarmado por el estruendo de las detonaciones se dirigió al despacho del teniente coronel Antonio Lázaro su sustituto. Peñafiel abrió la puerta con un golpe seco y sin mediar palabras con pulso firme apuntó a un visitante, interponiéndose el teniente coronel que recibió dos tiros.
Peñafiel se guardó la última bala para él disparándose en la cabeza. Según otras versiones sobre su acción, por la trayectoria del proyectil, se duda de que realmente intentase quitarse la vida. El teniente coronel almeriense cuando fue destituido, no dudó en acudir a los medios de comunicación para denunciar que se había tomado esta decisión por la presión de determinados mandos de la Guardia Civil.
Antonio Peñafiel destituido en febrero de 2003, según allegados, fue víctima de una conspiración por sacar a la luz irregularidades y privilegios de los oficiales y suboficiales de la comandancia albaceteña. Según la Dirección General de la Guardia Civil, Peñafiel precisaba tratamiento psiquiátrico por lo que se le abrió expediente y le fue retirada su arma reglamentaria.
El teniente coronel homicida, de 52 años nació en Gádor. Su infancia transcurrió en la calle de las Memorias de la capital hasta que su padre miembro del Instituto Armado fue destinado a la localidad gadorense. Otro hermano suyo también vistió el uniforme de la Benemérita. Posteriormente durante unos años residió en la localidad de Cuevas del Almanzora a donde fue destinado su progenitor.
Amigos de Peñafiel de aquella época lo recuerdan como un muchacho serio y formal poco dado a las bromas, aunque de carácter afable y comunicativo. Buen estudiante y deportista, a los 19 años ingresó en la Academia General Militar de Zaragoza y su primer destino como teniente con 23 años, fue la jefatura de Línea de la Guardia Civil en Elda incorporándose el 1 de diciembre de 1976.
Cuatro años más tarde, en 1980 ascendió a capitán y fue trasladado a Barcelona y Alcoy respectivamente. Algunos subordinados lo calificaron como una persona muy estricta en disciplina, aunque de trato correcto y sensible con los problemas de los agentes a su cargo.
Ascendido a comandante, tuvo que abandonar Alcoy y su nuevo destino fue como profesor en la Escuela de Oficiales de la Guardia Civil en Aranjuez. En un corto espacio de tiempo obtuvo la graduación de teniente coronel incorporándose a la Escuela de Guardias Jóvenes de Valdemoro como profesor. Posteriormente estuvo un año en Guatemala como miembro de una misión de Seguridad en este país bajo los auspicios de la ONU.
Curiosamente este hombre apartado del servicio por perder la “idoneidad” para continuar al mando de la Jefatura de Albacete, fue uno de los responsables del dispositivo de seguridad del Rey Juan Carlos en Mallorca, un año después que se conociese el intento de asesinato del monarca por parte de ETA.
El Tribunal Militar Central el 16 de febrero de 2005 condenó al teniente coronel Antonio Peñafiel a un total de 46 años y 2 meses de cárcel por la muerte de dos oficiales y herido a un tercero en la Comandancia de la Guardia Civil de Albacete en 2003 y determinó la responsabilidad civil subsidiaria del Estado.
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