Concha Velasco: "Juana era culta, hacía preguntas, y es la gran maltratada de nuestra historia"

Su carrera es historia viva de nuestro país. Los años parecen no pasarle factura y hoy trae al Auditorio de Roquetas su `Reina Juana`, un monólogo escrito por Erne

La gran Concha Velasco en una escena de ‘Reina Juana’.
La gran Concha Velasco en una escena de ‘Reina Juana’.
Marta Rodríguez
16:50 • 19 may. 2017

Incansable y apasionada. Así es la gran Concha Velasco (Valladolid, 1939), una estudiosa de los personajes a los que da vida, un animal de la interpretación. Hoy sábado, a las 21.30 horas, pone en escena ‘Reina Juana’. La obra clausura las XXXIV Jornadas de Teatro del Siglo de Oro de Almería.




Juana de Castilla ha pasado a la historia como Juana la Loca. Un calificativo injusto y reduccionista para una mujer que fue víctima de intrigas políticas y religiosas y víctima de su propia familia. ¿Qué nuevas aristas de este personaje histórico ha descubierto al enfrentarse al papel?
Hace ya casi un año y medio que estrenamos ‘Reina Juana’ en Sevilla y, a lo largo de este tiempo, no he parado de investigar, de saber y de hacer casi mío el personaje. Lo que contamos son las últimas cuatro horas de vida de Juana tras 46 años de encierro en Tordesillas. Juana es la gran maltratada de nuestra historia. Por desgracia, si buscamos puntos de actualidad, encontramos miles: las mujeres siguen estando maltratadas. Ella era culta, inteligente, guapa, superdotada y, sobre todo, hacía preguntas. Era la hija más preparada de los Reyes Católicos: hablaba idiomas, tocaba instrumentos. Rechazaba la Inquisión desde muy pequeña, no quería confesarse y tenía animadversión por todo lo que la rodeaba cuando era niña. 




¿Qué descubre el público en esa confesión?
En esa confesión a Francisco de Borja, bisnieto de Fernando el Católico y duque de Gandía, descubrimos el odio, el rencor que la mantiene viva tantos años. Y luego recuerda también momentos felices de su vida: el encuentro con Felipe el Hermoso, cómo se enamora profundamente sin saber con lo que se va a encontrar. Pero Felipe, a los cinco minutos de acostarse con ella por primera vez, la deja, lo habían educado a eso. 




¿Cómo está viviendo meterse en la piel de un personaje tan fascinante?
Lo disfruto muchísimo. Este personaje me tiene enamorada desde que empecé a estudiarlo hace dos años, ha sido un trabajo muy laborioso, pero muy gratificante porque he recibido cantidad de premios, críticas estupendas y el teatro siempre está lleno. Hasta diciembre de este año voy a seguir haciendo ‘Reina Juana’ y quieren que siga en 2018, pero yo creo que tiene que acabar brillantemente. Porque es cierto que es un monólogo, pero también es un espectáculo virtual costoso y complicado. Gerardo Vera ha hecho una dirección maravillosa. Mis compañeros de luces, sonido y proyecciones son estupendos, los mejores que hay en este momento y todo eso se ve en escena. Estoy sola, pero no lo estoy.




¿Ha bebido de alguna de las adaptaciones al teatro, al cine y a la televisión que ha inspirado el personaje?
Muy poquito, porque es una cosa distinta. Pero claro que he visto a Aurora Bautista en ‘Locura de amor’, me gusta mucho la versión que hizo Aranda con Pilar López de Ayala, con la que tuve la suerte de trabajar cuando era niña. También he visto a Irene Escolar en ‘La corona partida’. Me gusta ver estos trabajos porque admiro a las actrices, pero no me han servido porque lo que nosotros hacemos es distinto.




Lo que sí me ha servido es el texto de Ernesto Caballero y la cantidad de libros que he leí­do, con los que me he documentado y he descubierto cosas que hemos ido incorporando a la función. Hay una cosa nueva en la obra que descubrí en un libro, que es que Catalina, la hija póstuma de Felipe el Hermoso que vive encerrada con su madre, se divertía echando monedas de plata a los niños desde un agujero en la pared del Castillo de Tordesillas. Qué barbaridad de maltrato y de vergüenza histórica a Juana I de Castilla, que no dejó nunca de ser reina. Todos fueron reyes en usufructo aprovechando que estaba ‘loca’. Y había tradición en la familia por su abuela Isabel. Hay mucha historia negra de los Reyes Católicos en esta ‘Reina Juana’.




Hija de una monarquía absolutista, esposa con su desequilibrio afectivo, madre olvidada y encerrada. ¿Qué Juana vemos más en esta versión?
En realidad, ella se inventa ese dese­quilibrio porque sabe que Felipe fue envenenado por su padre, Fernando el Católico. Y es lo que hace que mantenga esa locura. En aquella época, inmediatamente después de morir, se embalsamaba. Pero ella no lo quería enterrar hasta que se supiera que lo habían envenenado. Es su lucha contra su padre, que la detesta porque sabe cómo es de inteligente esta mujer. 




¿Cómo camina el personaje a través del monólogo de un momento a otro?
Ojalá tuviésemos todos un instante tan lúcido como tiene Juana para recordar los mejores y los peores momentos de su vida y verlos cómo los ve ella. Esa es la belleza de este espectáculo. Ella aclara sus dolores, sus arrepentimientos y sus frustraciones. 


Esta adaptación ha propiciado el encuentro entre Ernesto Caballero y Gerardo Vera. ¿Cómo ha sido?
Ha sido maravilloso. A mí esto me lo propuso Juan José Soane cuando era una idea de Ernesto Caballero de lo que podía ser este espectáculo. Yo siempre que me enfrento a un personaje si es histórico me documento un montón y si es de ficción -esto lo aprendí de mi maestro José Carlos Plaza- me escribo el contexto histórico. Soy una gran estudiosa de los personajes que hago, imagínate lo que sé de la historia de España a través de Santa Teresa. Hubo un momento que lo tuve que dejar porque estaba para presentarme al concurso ‘Un millón para el mejor’. 


¿Cómo se prepara para salir a escena?
Hago ejercicios físicos que me hacen falta porque Gerardo Vera me hace navegar por el mar embravecido, naufragar en las costas de Inglaterra antes de llegar a Flandes, tener mi noche de bodas con Felipe el Hermoso. Y luego necesito una concentración que otros personajes no te exigen. Pero una vez que salgo al escenario, vivo la emoción y ya no me acuerdo tanto de los datos históricos. 


Ésta es la obra que cierra las Jornadas del Siglo de Oro, y usted es una habitual de los escenarios de Roquetas y El Ejido. ¿Cómo es el público de Almería?
A Almería capital no voy desde hace mucho tiempo, y no sé muy bien por qué, pero como yo no produzco, no programo... A Roquetas y El Ejido, sí. El público de Almería es maravilloso. Nosotros somos de Almería. Paco Marsó es de Macael y la mitad de mi familia a través de la sangre de mis hijos es de allí. Es gente guapísima, noble, buena, simpática, un poquito loca por el aire. Ya sabes que ‘Bodas de sangre’ es una historia que ocurre en Almería. Para mí, Almería es la tierra de mis hijos.


Además de ‘Reina Juana’, está grabando ‘Las chicas del cable’ de Netflix. ¿Qué tal la experiencia?
Estamos rodando la segunda temporada porque está teniendo una aceptación tremenda. A mí no me da tiempo a ver los capítulos, pero esta mañana me he puesto algunos. Estoy fascinada, qué bonito, qué look. Lo que pasa es que para mí ha sido duro porque como lo compagino con ‘Reina Juana’ y con ‘Cine de barrio’, había días en que dormía poco. Ahora que veo el resultado estoy encantada. 


¿Qué recuerdos tiene de sus rodajes en Almería?
Maravillosos. Esta semana se pone ‘Susana’, película que hice allí con Mariano Ozores. Una versión libre de ‘Lisístrata’ de Aristófanes. Fue precioso. Igual que cuando hicieron Hijo Predilecto a Manolo Escobar, fue muy emotivo. 



Temas relacionados

para ti

en destaque