Emoción contenida en el recuerdo a Julio Alfredo en Granada

Muy buenos amigos escritores -académicos algunos de ellos- de Julio Alfredo Egea, y sus hijos, lo han recordado en el homenaje, bellísimo y conmovedor, celebrado este lunes 22 de octubre en la Sala del Mural, en el palacio de la Madraza (la antigua Universidad árabe del siglo XIV) de Granada.

La sala se llenó al completo, de inmediato, por un público fervoroso en la amistad y en la consideración de la obra poética y narrativa de Julio Alfredo. Y algunas personas, llegadas de Almería o de distintos lugares de Granada, no pudieron acceder a la sala.

El homenaje emocionado, un mes después de la ausencia inesperada del poeta, fue impulsado por el escritor granadino Francisco Gil Craviotto, autor del libro ‘Semblanza de Julio Alfredo Egea’, publicado por la editorial almeriense Letra Impar. Y organizado por la Academia de Buenas Letras de Granada, cuyo presidente, José Luis Martínez Dueñas, abrió el homenaje “al poeta de la bondad y la naturaleza” que, desde 2006, era Académico Correspondiente en Almería.

Una foto en blanco y negro del gran humanista velezano, con una gran sonrisa, realizada por Marifé Herranz, acogía a las personas asistentes, aún con el abatimiento del adiós reciente del amigo. El acto, sin embargo, no fue de desolación, sino de emoción contenida y de consuelo para sobrellevar la pérdida. Al final, se proyectaron fotos familiares de Julio.

Palabras de amigos
En su intervención, Craviotto leyó fragmentos de ‘Semblanza de Julio Alfredo Egea’. En uno los pasajes escogidos se cuenta cómo al poeta de Chirivel lo llevaron al Frente de Juventudes, donde presenció cómo un anciano recibió unas bofetadas de un joven falangista. Hecho que rompería para siempre su relación con la sección juvenil.

Tomó la palabra asimismo  Rafael Quillén, que habló de una amistad de toda una vida y relató viajes trufados de anécdotas curiosas y repletas de ese sentido del humor que tanto les unía. También leyó el poema ‘Retrato de un hombre’.

Luego habló Rafael Egea, hijo de Julio, quien compartió datos autobiográficos sobre su padre, así como un poema de gran humanidad. Además, alzó la voz Julio Egea, hijo también, que escogió un texto basado en los recuerdos que guarda de su progenitor.

Por último, intervino Juan José Ceba, que contó que en sus últimos días Julio estaba obsesionado por recobrar su voz de juventud. De ahí que se proyectase una emocionante grabación de un recital de Egea.

Un borrador de lo que será un gran año
El homenaje de Granada ha sido importante para valorar y situar la obra de Julio Alfredo Egea en el lugar que le corresponde. Un acto con esa doble vertiente, granadina y almeriense de su vida, y su experiencia poética, que van muy juntas y abrazadas.

Desde el Círculo de Amigos del poeta de Chirivel, se ha preparado un borrador de lo que llamarán el ‘Año Julio Alfredo Egea’, que se ha entregado a la familia a la espera de materializar el máximo de propuestas con la complicidad de distintos organismos.