Feria del Libro: Homenaje a Pepe Criado, verso nutriente

Sus amigos y amores aspiraban su esencia para sonreír con él eternamente

Homenaje a Pepe Criado de la mano de tres escritores: Mª Ángeles Martín Gallegos, Ismael Diadié y Gabriela Zárate..
Homenaje a Pepe Criado de la mano de tres escritores: Mª Ángeles Martín Gallegos, Ismael Diadié y Gabriela Zárate.. La Voz
Mar de los Ríos
07:00 • 04 may. 2019

Ante la memoria vigorizante de Pepe Criado, un hombre que por encima de todo vivió amando, solo se puede estar presente, sentir y transcribir lo que vuela desde tres voces de su vida.




La sonrisa generosa
Hablaba Ismael Diadié, escritor africano: “Cuando realmente se puede celebrar a la persona, es cuando se sabe quién se ha sido, cuando se muere.  Por eso hoy para mí es un día de fiesta. Tenemos la fortuna de reunirnos aquí para decirle a Pepe Criado: gracias por todo lo que has aportado. Para muchas culturas morir es seguir el camino, es seguir la metamorfosis. La idea de la transformación está en toda la naturaleza y cuando se muere, uno se transforma en nutriente de lo que queda vivo. Por eso, la fecha que damos de la muerte de Pepe es el día de su metamorfosis. En la tribu africana Bubu, ante la muerte de un miembro, cada uno dice qué ha hecho el ausente, es el momento de perdonar y de agradecer.  Pepe como buen granaino también diría hoy si nos viera: ‘que me quiten lo bailao’. 




Cuando llegué a Almería me recibió en la estación con Antonio. Desde ese mismo instante lo recuerdo siempre sonriendo. Desde 2012 he encontrado hoy la respuesta con un texto de Leonardo da Vinci, que también celebraba la sonrisa. La de Pepe representaba su generosidad, la auténtica, que es dar lo que tienes cuando puedes y cuando no puedes. Es uno de los más importantes etnógrafos de España, quien ha trabajado con las tradiciones orales. Hoy por hoy su obra de investigador está reconocida e incluida en el New York Science  Center. Según  Montaigne nacimos para la muerte, “la muerte no es el fin de la vida, es hasta donde pude llegar”. Para mí no ha muerto, está en el  aire, en la tierra, agua, en el canto de los pájaros, en la luna que deja pasar la noche…, así pensamos en África. Es cultural”.




Empatía y lealtad
Tomaba entonces la palabra Graciela Zárate, poeta argentina. “En Suramérica somos muy llorones, sufrimos las pérdidas y es cultural también. Soy tímida y borde y cuando llegué a Almería estaba muy sola. Por Internet  quedamos Antonio Carbonell y yo en intercambiar libros, y vino con Pepe de la mano. Y entró en mi vida. Pocas personas tienen esa profundidad para comprender a las personas, esa empatía, esa lealtad. Hace siete años, en una terraza preciosa, miré a Pepe y pensé que tenía mirada de águila. Entonces le pregunté: ¿Y tú qué haces? “Yo me dedico a la cultura de base”, me contestó con su sonrisa. Y a partir de aquí siempre me cautivó su mirada hasta el punto que hablábamos con solo mirarnos. Ahora me queda Antonio, pero de la ausencia de Pepe siento un agujero, porque todos somos diferentes facetas para el otro y eso forma parte de tu identidad. Me contaron historias maravillosas de un Pepe desmelenado dando alegría por los pueblos. Yo a ese no lo conocí. Sensei en japonés, significa el momento en que se florece, su máxima expresión intelectual. Y porque él estaba en la flor de la vida, se fue pleno. Por y para los refugiados escribió un poema en tres idiomas, que voy a recitar:

Eurexis, invocación para que desaparezca Europa
Confío en ti, en tu corazón roto… open your eyes, open your arms,  open yours hands, open yours borders, open your main, open…”.




La plaza de las Flores
Mari Ángeles Martín Gallegos, escritora de Dalías: “Yo también quiero darle hoy las gracias. Yo hablo como paisana, como la amiga desde que era chica. Yo llegué a Dalías con siete años. Mi primer recuerdo de él es que me cayó mal. Yo quería escribir y mi madre me compró una máquina Olympia y comencé mis clases de mecanografía con las monjas. Allí coincidí con Pepe. Era un guepardo escribiendo a máquina. Las monjas lo alababan y a mí me regañaban y por eso le tenía cierta manía al principio. Después fuimos amigos. Nos reuníamos en la plaza de las Flores para hablar de Literatura. Era un avanzado de las tendencias literarias de España y de Europa. Yo aprendí de él el gusto por la Literatura. Lo contrató un banco, pero decidió que ese no era su camino y se fue.




En principio no amaba la tradición, pero, paradojas de la vida, por su gusto por la poesía experimental y visual, llegó a la oralidad. No era un ratón de biblioteca,  y de esa relación con la calle es como indagó esa cultura de base, el trovo, el repentismo de la poesía iberoamericana y fue también lo que le impulsó a viajar.




Una de las ilusiones de su vida era tener una editorial y lo consiguió: Letra Impar. Sus dos joyas para mí son: La Chanca, un cambio revolucionario, su primer libro y Celia Viñas, las islas del amor mío, El libro de las décimas.
Traigo su último manuscrito, mezcla de novela y ensayo: Utopía caníbal, mezcla de tradición, de modernidad, de voces, de recuperación de Abén Humeya…, se recoge aquí en definitiva su esencia.




Gracias, Pepe Criado, por quedarte para alimentar el tiempo. Que tu esencia nos dé sombra el resto del camino”.


Y con este paseo tan sentido me despido esta temporada. Volveré con sandalias de verano a final de junio para estirar las piernas y el alma con ustedes. Espérenme.


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