Marta Rodríguez
22:46 • 17 oct. 2011
“Hoy seguiremos de luto, se ha ido Antonio Ruiz de Padilla, el maestro Padilla, un almeriense noble, una inspiración para muchos”. Con esta frase daba cuenta ayer un artista universal, David Bisbal, de la muerte de un paisano tan ilustre como olvidado en su tierra y en el mundo, Antonio Ruiz de Padilla (Almería, 1927-2011). Autor de docenas de coplas y de la canción ‘Almería, tierra noble’, indispensable en el repertorio del joven intérprete, Ruiz de Padilla fue compositor, bailarín, rapsoda y modelo.
A primera hora de la tarde de ayer, la parroquia de Santa Teresa del barrio de Oliveros de la capital acogía el funeral de este artista polifacético al que asistieron representantes del mundo de la música como el también compositor Paco Urrutia, el cantante argentino de tangos aficando en Almería Horacio Morales y miembros de la Junta Directiva de la Asociación Filarmónica de Almería.
Antonio Ruiz de Padilla nació en la calle Cucarro el 2 de febrero de 1927. Fue el menor de los cuatro hijos habidos del matrimonio entre Adalberto Ruiz Bilange y Dolores Ruiz. Su madre coronó en el Conservatorio de Madrid (de la mano de su primo José Padilla) una excelente carrera pianística; su padre no finalizó la carrera de Medicina, inclinándose por el Periodismo (dirigió el ‘Noticiero Almeriense’ y la revista publicitaria ‘Mercurio’). En definitiva, una familia de la buena sociedad local en la que destacaba su abuelo, cónsul de Grecia y Turquía, su tía Milagros, hermana del poeta gaditano Rafael Alberti, o su primo, el torero Juan Luis de la Rosa. Su hermano Luis, promotor teatral, le montó diversos espectáculos folclóricos en la provincia.
Con tan sólo 16 años marchó ilusionado a Barcelona donde, tras probar en diversos trabajos, contó con la ayuda de su familiar el compositor José Padilla. Ocupó un lugar digno durante varias décadas en la farándula catalana y española. “No tengo muy claro el parentesco que le unía a mi tío, pero siempre me contó que en su etapa en Barcelona le daba dinero y le invitaba a comer. Nos conocimos en 1989, en el centenario del nacimiento de José Padilla. Me decía que yo tenía el rostro dulce de los Padilla. Vino a la Casa-Museo de Madrid, donde escribió unas líneas en el libro de firmas”, recuerda Eugenia Montero, sobrina del autor de ‘El Relicario y ‘La Violetera’.
Un rostro de los años 50
Tal y como publicó LA VOZ en agosto de 2001, Antonio Ruiz de Padilla se abrió camino paso paso, posando como actor-modelo junto a las actrices Ángeles Tamayo y Carmen de Lirio. Su rostro se hizo popular en toda el país en aquellas típicas postales de los años 50. En España, Francia y Portugal lució como bailarín y rapsoda, declamando poemas de Salvador Rueda, Rafael de León, García Lorca y Manuel Benítez Carrasco.
Pronto comenzó a componer canciones y a sonar en el ambiente artístico. La lista de los títulos surgidos de su inspiración -buen número de ellos con el nombre de Almería por bandera- es interminable. La Sociedad General de Autores (SGAE) le tiene registrados más de dos mil temas de música ligera y popular.
Con tal trayectoria a las espaldas, resulta paradójico e injusto que Ruiz de Padilla haya llegado al final de sus días siendo casi un completo desconocido. Ahora el cantante David Bisbal le recuerda en cada concierto de cada gira con esa ‘Almería, tierra noble’ que de niño le oyó cantar a su padre y que era obra de Antonio. Sin duda, un pequeño acto de justicia.
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A primera hora de la tarde de ayer, la parroquia de Santa Teresa del barrio de Oliveros de la capital acogía el funeral de este artista polifacético al que asistieron representantes del mundo de la música como el también compositor Paco Urrutia, el cantante argentino de tangos aficando en Almería Horacio Morales y miembros de la Junta Directiva de la Asociación Filarmónica de Almería.
Antonio Ruiz de Padilla nació en la calle Cucarro el 2 de febrero de 1927. Fue el menor de los cuatro hijos habidos del matrimonio entre Adalberto Ruiz Bilange y Dolores Ruiz. Su madre coronó en el Conservatorio de Madrid (de la mano de su primo José Padilla) una excelente carrera pianística; su padre no finalizó la carrera de Medicina, inclinándose por el Periodismo (dirigió el ‘Noticiero Almeriense’ y la revista publicitaria ‘Mercurio’). En definitiva, una familia de la buena sociedad local en la que destacaba su abuelo, cónsul de Grecia y Turquía, su tía Milagros, hermana del poeta gaditano Rafael Alberti, o su primo, el torero Juan Luis de la Rosa. Su hermano Luis, promotor teatral, le montó diversos espectáculos folclóricos en la provincia.
Con tan sólo 16 años marchó ilusionado a Barcelona donde, tras probar en diversos trabajos, contó con la ayuda de su familiar el compositor José Padilla. Ocupó un lugar digno durante varias décadas en la farándula catalana y española. “No tengo muy claro el parentesco que le unía a mi tío, pero siempre me contó que en su etapa en Barcelona le daba dinero y le invitaba a comer. Nos conocimos en 1989, en el centenario del nacimiento de José Padilla. Me decía que yo tenía el rostro dulce de los Padilla. Vino a la Casa-Museo de Madrid, donde escribió unas líneas en el libro de firmas”, recuerda Eugenia Montero, sobrina del autor de ‘El Relicario y ‘La Violetera’.
Un rostro de los años 50
Tal y como publicó LA VOZ en agosto de 2001, Antonio Ruiz de Padilla se abrió camino paso paso, posando como actor-modelo junto a las actrices Ángeles Tamayo y Carmen de Lirio. Su rostro se hizo popular en toda el país en aquellas típicas postales de los años 50. En España, Francia y Portugal lució como bailarín y rapsoda, declamando poemas de Salvador Rueda, Rafael de León, García Lorca y Manuel Benítez Carrasco.
Pronto comenzó a componer canciones y a sonar en el ambiente artístico. La lista de los títulos surgidos de su inspiración -buen número de ellos con el nombre de Almería por bandera- es interminable. La Sociedad General de Autores (SGAE) le tiene registrados más de dos mil temas de música ligera y popular.
Con tal trayectoria a las espaldas, resulta paradójico e injusto que Ruiz de Padilla haya llegado al final de sus días siendo casi un completo desconocido. Ahora el cantante David Bisbal le recuerda en cada concierto de cada gira con esa ‘Almería, tierra noble’ que de niño le oyó cantar a su padre y que era obra de Antonio. Sin duda, un pequeño acto de justicia.
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