“Tardé más en confesar que había escrito un libro que en decir ‘soy lesbiana”

Entrevista a la almeriense Alejandra Carretero, autora de ‘La habitación de al lado’

Alejandra Carretero cambió el deporte por el mundo de las letras.
Alejandra Carretero cambió el deporte por el mundo de las letras.
Marta Rodríguez
07:00 • 23 ago. 2020

Hay quien la define como la Federico Moccia de las lesbianas millennials, etiqueta que esta almeriense atribuye a la falta de referentes literarios lésbicos. El deporte y su compromiso social llevaron a Alejandra Carretero (Almería, 1990) a vivir en distintos países, pero la vida la empujó a escribir. Pese a su juventud, tiene cinco títulos publicados; el último ‘La habitación de al lado’.






Hay quien la define como la Federico Moccia de las lesbianas millennials, ¿a qué atribuye esta etiqueta?
Supongo que lo dicen porque creo que no hay un referente literario lésbico y los libros que he escrito hasta ahora son fáciles de leer. O porque aquellos libros los escribí con 21 años, de ahí que sean más infantiles y accesibles para todo el mundo.



Por aquel entonces ni sabía qué estaba haciendo. Empecé a escribir justo cuando dejé el pádel, tenía un vacío muy grande en mi vida y los días se me hacían larguísimos.  Entonces una amiga me dijo: “Escribe”. Y así fue como empecé, nadie lo sabía. Tardé más años en confesar que había escrito un libro que en decir “soy lesbiana”.

En su blog explica que empezó a escribir para entenderse a sí misma y al mundo que la rodea. ¿Lo ha conseguido?
No lo he conseguido y no creo que lo haga. Para mí escribir es compartir y madurar. De mis cinco libros, tres los escribí entre los 21 y 23 años; ahora cuando los leo no comparto muchas de las cosas que pensaba por aquellos entonces.



No son un diario, pero sí un reflejo de lo poco que sabía y sigo sin saber. Por eso creo que mi mejor libro tardará en llegar, ya no solo por las experiencias que uno puede vivir con 20 años, sino porque para mí esto de escribir aun sigue siendo un mundo por descubrir. Tengo mucho que mejorar.



Ahora estoy reescribiendo mi quinto libro. Hace unos años lo hubiese dado por finalizado, pero en este momento siento cierta obsesión por utilizar todas las herramientas. Ya no me vale simplemente con empezar y acabar una historia; la etapa de Federico Moccia fue divertida, pero las cosas han cambiado y ya que sé que tengo la capacidad de escribir, quiero escribir bien. 

En su cuenta de Instagram se percibe cierta decepción en torno al sector editorial. ¿La ha decepcionado?
Es quizás la parte más compleja de todo esto. No sabes por dónde empezar, tampoco a quién pedir ayuda, en el mundo del deporte me ubico, pero en este… Es todo ir probando y creyendo que las puertas se irán abriendo. Mientras tanto sigo escribiendo y coleccionando historias.



‘La habitación de al lado’ se publicó con una editorial pequeña, pero si tú como escritora no tienes seguidores en redes sociales o la editorial no invierte en ti, el libro se muere; lo compran tus amigos, familiares el día de la presentación y algún despistado que te encuentra por redes sociales.



Al final soy yo la que regala el libro a influencers o personas que creo que pueden ayudarme sin saber siquiera si se leerán el libro o les servirá para la pata coja de una mesa. 

¿Hay algo de verdad en este mundillo más allá del acto de escribir?
Creo que aún no estoy preparada para responder a esta pregunta, mi experiencia se reduce a mis cuatro paredes escribiendo antes de ir a trabajar o después. Quiero creer que hay mucho más.
Hay personas increíbles que te cruzas, te escuchan y te intentan aconsejar como mi hermana Claudia, que ha hecho las preciosas ilustraciones que aparecen en el libro.  

La Calle es la primera editorial andaluza cuyas publicaciones tienen un carácter LGTBI, ¿es necesario visibilizar las historias en torno a esta comunidad?
Sí, creo que cuantos más libros se lean, más normalizada estará la situación. Si mi libro y otros muchos se leyesen en los institutos, abrirían la mente de profesores, alumnos y padres. Pertenecer a la comunidad LGTBI no es solo salir del armario, hay un proceso de aceptación personal que no todas las personas alcanzan. Y luego está que tu familia y el entorno te acepte.


En la presentación del libro me preguntaron si se podía leer en institutos. Les dije: ¿por qué no? Si fuese una historia entre un chico y una chica dudo mucho que me hubiesen hecho esa pregunta.  En un futuro me gustaría ser la escritora que dé voz a esas historias que normalicen la situación y que no tengamos que catalogar un libro como LGTBI.

Hace años que salió de su tierra y ha viajado mucho. Desde esta perspectiva, ¿qué es lo mejor de Almería?
Lo primero que noto al llegar es la luz que te invita a cerrar los ojos. Me gustaría pasar más tiempo allí, echo de menos a mi familia y amigas, les debo una temporada larga. Antes que ir a Bali o Thailandia, cada vez tengo más ganas de pasar un verano allí.

¿Volvería a vivir aquí?
Hoy te diría que no, pero nunca se sabe. No me siento preparada. Almería es la ciudad a la que voy y reflexiono, es como ese amigo al que llevas tiempo sin ver, pero con el que nunca cambian las cosas.


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