Raffaela María Roberta Pelloni.( Bolonia 18 de Junio de 1943-Roma,5 de julio de 2021), Raffaela Carrá fue despedida en la iglesia de Santa María in Ara Coeli de la propia capital italiana, tras tres días de honras, homenajes y honores, después de su fallecimiento anunciado por Sergio Japino, su gran amor y finalmente un gran amigo: “Raffaela nos ha dejado”.
María Dolores Flores Ruíz(Jerez de la Frontera, 21 de junio de 1923-Madrid,16 de mayo de 1995), Lola Flores, La Faraona, la Lola de España, fue despedida, hace 26 años, en el Cementerio de la Almudena, tras un multitudinario velatorio en el Centro Cultural de la Villa de Madrid.
Cantante, actriz y presentadora, diva comunista, feminista, ícono del pop, espontánea y atrevida la primera; actriz, cantante, mujer temperamental, artista transgresora y folclórica la segunda. Con 26 años de diferencia ambas comparten ya el destino final de todo ser humano, pero las dos referentes del arte, de la canción, la danza y la interpretación han compartido también la fama y la popularidad, el éxito sin parangón, los pros y los contras de una profesión vestida de lentejuelas y encarnada en la frágil condición humana. Italiana con risa de niña eterna una, española hasta el tuétano la otra, las dos artistas míticas, referencias de numerosas generaciones, pudieron además competir y compartir día, hora y plaza almerienses simultáneamente, aunque en diferentes escenarios: Los jardines de la antigua Piscina Sindical - antiguo Campo del Gas-, en el caso de Raffaela Carrá, y la plaza de toros portátil de Aguadulce en el de Lola Flores. Fue el domingo, 18 de Julio de 1976. El día que La Carrá y Lola Flores se citaron a duelo artístico.
Promotor
El artífice, promotor y organizador de sendos espectáculos fue Enrique Martínez Leyva, fundador y propietario de Plataforma de Publicidad S.A, una empresa con 46 años de trayectoria que durante algún tiempo, mediados los años setenta del pasado siglo, promovió y trajo a Almería a los más representativos nombres del palmarés musical de aquel entonces: Julio Iglesias, Albano, Demis Rosusseau, etc. De aquellos espectáculos, en concreto de las actuaciones de Carrá y Lola Flores, Enrique M. Leyva guarda gratos y entrañables recuerdos: “Fue una época muy ilusionante y muy bonita, aunque con algunos artistas de menor renombre las expectativas resultaron algo fallidas.”
Con mucha intuición y no poco olfato comercial el responsable de Plataforma había efectuado algunos contactos con el entorno de la Carrá, quien ya había debutado en TVE con el programa “!Señoras y Señores¡”, al que seguiría “La hora de Raffaela”, en el que actuaba con el ballet Zoom. Fue en la feria de Albacete, en septiembre de 1975, donde Martínez Leyva cerró la contratación de la artista italiana, en un encuentro en el que actuó de anfitrión el presentador de TVE Federico Gallo quien entonces era gobernador civil de la provincia castellano-manchega. “Allí entregué un aval bancario a Tony Caravaca, representante de Raffaela. Cerramos el caché en 500.000 pesetas, medio millón de entonces, y en taquilla obtuve unos ingresos que superaron el millón de pesetas. Con un lleno absoluto –más de 2.000 personas- el espectáculo fue un rotundo éxito, en el que los almerienses disfrutaron de los temas más conocidos de la italiana: Caliente, caliente”, “Hay que venir al Sur” o “Fiesta”, canciones que marcaron a generaciones enteras y que su intérprete había popularizado en sus programas de televisión. Hasta entonces no se había visto en Almería una actuación con un montaje tan espectacular de luces, sonido, atrezzo y puesta en escena.”
Con apenas una hora de diferencia, aquella noche del domingo, 18 de julio de 1976, todavía fiesta nacional, Lola Flores hacía su aparición en el escenario de la plaza de toros de Plataforma, en Aguadulce. Junto a ella, su inseparable Antonio González, “El Pescailla”, quien por la tarde había asistido al ensayo de la orquesta que bajo la dirección del maestro Barco había contratado el promotor. “La coincidencia de las dos actuaciones no fue adrede –precisa Martínez Leyva-, sino que nuestra empresa contaba entonces con los dos escenarios, aunque había tenido otra plaza en Roquetas, y había que darles utilidad. La asistencia al espectáculo de Lola Fores no estuvo mal, pero no llegó a la que había logrado La Carrá. También es verdad que a La Faraona le abonamos la mitad que a Raffaela, aunque tuve que financiar la orquesta y otros gastos.”
Atascos en El Cañarete
Aquel 18 de julio que marcó la primera actuación de Raffaela Carrá en Almería los pesqueros decidieron no salir a la mar en apoyo de las reivindicaciones de los trabajadores, y la ciudad se hallaba levantada por las numerosas obras urbanas que acogía. Sin embargo, la obra que si había concluido fue la de El Cañarete. El sábado, 17 de julio, se abrió la carretera Aguadulce-Almería, “sin limitación de obra y con adelanto sobre lo previsto”. Una apertura anhelada por los almerienses que no había contado con los miles de vehículos que al día siguiente, domingo, se desplazarían en las dos direcciones para asistir a los espectáculos de La Lola de España y La Carrá. Las retenciones y los atascos colapsaron el paso de El Cañarete, que como recuerda Martínez Leyva “aquella tarde noche quedó demostrada la insuficiencia del tramo de carretera recién inaugurada”.
Aquellas dos actuaciones vivirán en la memoria de muchos almerienses porque Lola y Raffaela han sido únicas. En alguna ocasión ya lo recordó la italiana: “No se puede aprender a ser Lola Flores y tampoco a ser Raffaela Carrá”.
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