Siempre que voy a un concierto de Quique González salgo con la misma sensación de haber tomado una cerveza con un viejo amigo. Un amigo de los que no ves todos los días, pero que sabes que siempre está ahí cuando lo necesitas.
Un encuentro donde empieza contándote lo bien que le va la vida ahora, pero esos nuevos proyectos se intercalan con los recuerdos de aquellas primeras escapadas al Cabo de Gata con la primera novia, de la época universitaria donde os manifestabais contra la corrupción del sistema, de las películas de cine negro que os molaban en el instituto o de cuando la vida te dio los golpes más duros quitándote a algunos de tus seres queridos. Incluso, de aquel gol de Iniesta que tan popularmente cantó Camacho.
Yo conocí a Quique González por ser “amigo" de un “amigo". Me explico: de adolescente empecé escuchando a Los Secretos y eso, irremediablemente, me llevó a escuchar a otros tantos músicos cercanos por una u otra razón. Como muchos, descubrí a Quique por ser el autor de 'Aunque tú no lo sepas' y desde entonces me ha acompañado durante más de la mitad de mis veintiséis primaveras, siendo uno de mis grandes referentes en la música patria.
El músico madrileño regresó el pasado viernes 11 de marzo a Almería para presentar en el Auditorio Maestro Padilla su nuevo disco, 'Sur en el valle'. Para la ocasión, Quique se acompañó de Raúl Bernal (Hammond, Wurtlitzer y acordeón); Toni Brunet (guitarras); Edu Olmedo (batería); y Diego Rojo (bajo). Una banda contundente que supo arropar las canciones de Quique de una manera certera y sin fisuras.
También demostró desde el comienzo que la comunión entre artista y público es total. Recibido con una gran ovación y con la admiración que crea un predicador en sus fieles, Quique empezó el concierto con tres canciones de su nuevo disco: la homónima 'Sur en el valle', 'Lo perdiste en casa' y 'Amor en ruta' para seguir con dos viejos clásicos como son 'Pájaros mojados' y 'Caminando en círculos' que acabaron de esbozar las sonrisas bajo las mascarillas. Se preveía una gran noche.
A continuación, arrancaba 'La Fábrica' con el momento donde, para servidor, más destacaron las guitarras durante toda la noche con el precioso timbre que consiguió sacar Brunet de la Danelectro de doce cuerdas. Le siguieron otros temas anteriores como 'Parece mentira', la rescatada 'Betty' o la siempre acertada 'Daiquiri Blues' con un Bernal sublime al Hammond.
Tras este rato de charla sobre el pasado, tocaba volver a hablar con nuestro amigo González de su presente. 'Alguien debería pararlo', 'Jade' o 'Te tiras a matar' nos demuestran que no estamos ante un clásico que se conforma con su pasado, sino que siempre intenta superarse disco a disco y con Rojo y Olmedo creando una base infranqueable que hacía caminar a las canciones por sí solas. 'Su día libre' causó algún suspiro amoroso, 'Tornado' emocionó y 'Detectives' nos recuerda que el madrileño siempre ha sabido rodearse de un gran talento a su alrededor como en su día lo hizo con aquella mítica formación que tuvo en la gira del disco 'Me mata si me necesitas' cuyo único superviviente es Olmedo.
'Salitre' nos trajo el aroma del dragoncillo del Cabo de Gata, 'No es lo que habíamos hablado' aquel recuerdo de la novia tóxica que tuvimos y 'Se estrechan en el corazón' ese momento donde por mucho que lo intentábamos nos sentimos solos aún estando acompañados. Como primer colofón sonó 'La casa de mis padres', canción que según el propio autor le dijo a mi querido y bienamado Evaristo Martínez hace unos días, terminó de componer en el Parque Natural Cabo de Gata - Níjar.
Los músicos se fueron del escenario, pero la vuelta era obligada ante el clamor de un público encendido que parecía decir “Venga, vamos a tomarnos la penúltima".
'Dallas-Memphis' nos quebró, 'Puede que me mueva' nos ayudó a sacar fuerzas de flaqueza y empezar una nueva vida más mediterránea y alejada de aquellos años nocturnos en Madrid que nos recordó 'Y los conserjes de noche'.
Se despidieron, ahora sí de verdad, con 'Vidas cruzadas'. Fue un adiós de la misma forma en la que se despiden esos amigos sabiendo que, si nada lo impide, volverán a cruzarse en el camino y compartir una buena cerveza dentro de un par de años.
En Almería, donde reina el viento del Sur, tienes tu casa, amigo Quique.
JJ Fuentes es músico. Su último disco es 'Corazón de fuego y miel'.
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