Cómo explicar lo de Robe Iniesta en el Recinto Ferial de Almería. Y, sobre todo, cómo hacerlo sin entrar en comparaciones que no conducen a nada respecto al anterior concierto que acogió el mismo escenario, el de la omnipresente Rosalía.
Pero qué más da, hemos venido a jugar. Y los datos son los que son y hay que darlos: Robe Iniesta dio un concierto de tres horas (con media hora más de descanso), mientras que el miércoles la catalana estuvo hora y media sobre las tablas (y sin respuesta al “otra, otra” que gritaba el público al final del repertorio).
Y si la justificación que muchos le pusimos (‘mea culpa’ también) a la actuación de Rosalía se basaba en que fue hora y media de puro ‘show’ en el que la artista y su cuerpo de baile no se detuvieron ni un solo instante, llega Robe e interpreta ‘Mayéutica’ al completo de forma ininterrumpida. Cincuenta minutos a sus 60 años sin parar.
Lo de Robe
Pero vayamos por orden, Rosalía aparte. Acompañado por Alber Fuentes en la batería, David Lerman (bajo, saxo), Carlitos Pérez (violín), Álvaro Rodríguez (teclados y roland), Lorenzo González (voces, guitarra, bajo) y Woody Amores (guitarras), Robe Iniesta se abrió el pecho en público para hacer lo que nadie sabe hacer como él: ponerle palabras a sentimientos, dilemas y problemas que hacen del que fuera líder de Extremoduro un auténtico trovador del siglo XX que ha traído su arte hasta el XXI, viajando ya por una pasmosa cantidad de generaciones que estuvieron presentes en el concierto.
Como es de esperar, en tres horas de concierto hubo absolutamente de todo. Más allá de ‘Mayéutica’ (interpretada en la segunda parte del concierto), también hubo temas de otros trabajos de Robe en solitario y, cómo no, de Extremoduro.
‘Si te vas’ levantó a un público ya de por sí entregado tras haber arrancado con ‘Del tiempo perdido’, ‘Por encima del bien y del mal’, ‘Por ser un pervertido’ y ‘Nana cruel’.
‘So Payaso’, himno por derecho propio, hizo rugir a un público al que todavía le quedaba mucho de lo que disfrutar. ‘El camino de las utopías’ y el ‘Segundo movimiento: lo de fuera’ fueron hilando la noche hasta el descanso tras el que llegó ‘Mayéutica’ en una interpretación magistral que tuvo a los almerienses embelesados (y entregados a la causa bailando y saltando) durante cerca de una hora ininterrumpida.
Y en los bises (porque con Robe sí hay bises), tres platos más de Extremoduro para cerrar: ‘A fuego’, ‘La vereda de la puerta de atrás’ y ‘Ama, ama, ama y ensancha el alma’.
La música
Robe estuvo a la altura de sí mismo (galáctico), pero la música de su banda eleva el espectáculo un par de palmos más sobre el suelo. Antes de que el propio Robe saliera al escenario, el entrante musical de los suyos ya había logrado que todo mereciera la pena.
Y todo ello, en un Recinto Ferial lleno de público respetuoso con eso de las distancias (a pesar de los prejuicios que pueda sufrir el rock) en una muy calurosa noche de julio. Larga vida a Robe Iniesta. Una ‘R’ que mereció, y mucho, la pena.
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