“Sé que mi hogar está aquí, al lugar donde quiero volver cada vez que me voy”

Lena Carrilero (1994, Cabra) es una cantante de pop-folk mitad almeriense y mitad cordobesa. Tras un tiempo en tierras argentinas, donde la intensidad y la cultura tan peculiar que caracteriza al país sudamericano, le sucumbió, la compositora no ha parado de crear. Tras la vuelta a España, comenzó la gira de 'Los Flacos' con Fran Mariscal, donde recorrió España y algunos países latinoamericanos presentando su proyecto musical. Ahora, tras más de diez años en el mundo de la música, Lena presenta su último disco 'Cenizas en el aire' en el Espacio El Tintero el 22 de julio y el 23 en el Festival Alma Almócita. 

¿Quién es Lena Carrilero? 

Qué difícil es hablar en tercera persona de una misma... Creo que Lena Carrilero es una mezcla de Elena y de Lena. Una chica que lleva tocando la guitarra desde los 8 años y escribiendo canciones y poemas a pecho descubierto, intentando ser fiel siempre a lo que siente. Lena es una niña grande que no ha dejado de creer que el arte puede cambiar la vida de la gente, y eso es lo que intenta hacer cada vez que se sube a un escenario.

Eres de Cabra, pero también te sientes almeriense, ¿por cuál se inclina más la balanza?

Nací en Cabra ya que toda mi familia es de la provincia de Córdoba, pero crecí en Almería y sé que mi hogar está aquí, al lugar donde quiero volver cada vez que me voy. Además, estoy muy conectada con esta tierra. Cuando empiezo a ver las montañas y el desierto siento que he llegado a casa.

¿Qué te hizo volver a Almería, aparte de la pandemia?

Estuve muchos años viviendo fuera, buscando oportunidades con la música y facilidades para transportarme cada vez que me embarcaba en una gira. Ahora, sin embargo, prefiero partir desde aquí aunque tarde más en llegar a mi destino, y en mi tiempo libre no sólo dedicarme a viajar y 'escapar', sino a poder cuidar diariamente a la gente que quiero y que pertenece a mi vida, teniéndola cerca.

¿Dejó a relucir la pandemia carencias de la música de cantautor?

La pandemia en cierto modo sacó a relucir todas las carencias del sector artístico respecto al apoyo de las instituciones. Creo que los cantautores y los grupos pequeños hemos salido perdiendo en todo esto con diferencia, porque se ha dejado en evidencia que nuestras garantías para sobrevivir en esta industria eran mínimas. Lo bueno es que si con algo contamos los artistas es con la capacidad de reinventarnos cada día. 

¿Consideras que hay menos oportunidades en provincias como Almería si las comparamos con las capitales como puede ser Madrid o Barcelona?

Es cierto que la oferta cultural no es comparable a una capital como Madrid o Barcelona, también las oportunidades que te ofrece la industria musical suceden en esos movimientos que se crean en las grandes ciudades. Sin embargo, es muy importante la labor que hacen los gestores en ciudades como Almería, en espacios como La Guajira, El Tintero, Clasijazz, La Oficina, la Tetería Almedina Baraka, entre otros, para levantar la cultura aquí y que aquellos que volvemos o que vienen de fuera tengan un espacio donde poder expresar su arte.

Son 10 años ya tocando en diferentes lugares tanto del panorama nacional como en Sudamérica, ¿en qué momento, artísticamente y personal, te encuentras? 

Actualmente estoy en un momento muy bonito porque me siento con total libertad para hacer y expresar mi música. Este disco es un ejemplo de ello, ya que he trabajado con el equipo con el que quería trabajar, lo he autofinanciado gracias a aquellas personas que a día de hoy siguen apoyando mi música, y lo he sacado tal y como he querido. Respecto a la evolución: cada vez voy afinando mis letras y mi universo musical, lo siento más calmado, maduro, y transparente, 'como un rayo de luz'.

Ser una viajera empedernida ha sido siempre clave para componer, ¿'Cenizas en el aire' trae consigo también ese sentimiento de volar constantemente?

El anterior disco 'Paraíso Terrenal' si fue un disco más viajero. Este nace en unos años de calma externa y de mucha agitación interna. Es un viaje introspectivo ante la necesidad de volver a conectar conmigo y quitarme todos los disfraces para llegar a la esencia. 

Argentina, ¿qué trajiste contigo en la maleta que hoy se pueda palpar y sentir en tus trabajos musicales?

A nivel musical me traje los ritmos (no he podido abandonar desde entonces la chacarera), se puede notar en canciones como 'Recuérdame' o 'Río salvaje'. A nivel personal que en mi caso está muy relacionado con lo que escribo me traje la humildad y el valor de la simpleza. 

'Cenizas en el aire', si no me equivoco, son canciones que hablan desde lo que fuiste y ya no eres, de las vivencias que se convirtieron en recuerdos y que recuerdas bonito, y de lo que se supone que es lo establecido... En definitiva, de lo que sería y te ha acompañado en tu evolución como persona, ¿lo describirías así?

Muy buena descripción, ¡me la voy a anotar para los conciertos! Sí. Realmente más que una ruptura es una integración de tu pasado y tu futuro en el aquí y ahora. Aceptar el cambio y no culparte por ello, abrazar quién eres, sin caretas.

También has publicado dos libros de poesía, 'Amores cronofóbicos' e 'Instinto de permanencia', ¿qué parte de Lena le corresponde a la poesía?

Las canciones son una forma de aproximarme a mi parte más emocional, la filosofía a la racional, y la poesía, la conjunción de ambas, donde encuentro el equilibrio para conectar mente y corazón. En ambos libros trato de reflexionar acerca de los tres pilares del pensamiento: el tiempo, el amor y la muerte, aunque… Creo que no he llegado aún a entender ninguno de los tres (todavía). 

A pesar de ser Tarifa tu último destino, Almería podrá disfrutarte en el Espacio El Tintero y en el Festival Alma de Almócita, ¿qué sentimientos renacen al cantar en tu tierra?

Llevo esperando estos conciertos mucho tiempo. De hecho, me acompañará mi guitarrista, flautista, pianista y amiga Nur Bonet. Para mí era importante traer a mi tierra el mismo espectáculo que estoy llevando a una sala de Madrid. Es la ciudad donde nace este disco y estos últimos conciertos de la primera parte de la gira cierran un ciclo de la forma más especial: bajo los pies de La Alcazaba y rodeada de la gente que ha apoyado desde el primer momento este proyecto.