La experiencia le sale a borbotones cuando habla. A pesar de contar solo 34 años, Sheyla es presidenta de una Asociación de orquestas Profesionales, de las que van por las verbenas, que aglutina a 85 formaciones de Andalucía, Extremadura y Castilla y León. Se buscó las habichuelas en la pandemia para crear una empresa de ocio infantil y un show de lo que se dio en llamar cultura segura, y dirige con mano firme la orquesta Classics Show. Acaba de ser madre hace solo veinte días, escogiendo el día para programar el parto agenda en mano con su marido para que no coincidiera con día de concierto. En Méjico sería “la doña”, aquí es “la jefa”.
¿Como llegaste al mundo de la verbena y las orquestas?
Siempre hemos sido muy valientes mi hermano y yo y nos ha gustado mucho trabajar, y en plena crisis económica pensamos ¿Qué es en lo que la gente se sigue gastando el dinero? En niños, compramos unas colchonetas y en vez de ir cobrando a los niños hablamos con los ayuntamientos para que fueran ellos quienes paguen. Empezamos un verano con un par de colchonetas y unos cochecitos a pedales y al verano siguiente tuvimos que triplicar porque eso no se hacía en Almería hasta ese momento. De ahí nos pidieron que les lleváramos también las orquestas. Ahí empezó todo.
¿Cómo has llegado a ser presidenta de la Asociación?
Allí pasaba un poco lo que pasa en este mundillo: gente bastante mayor, que se había estancado. En dos o tres años hemos entrado mucha gente joven en la asociación y se propuso cambiar de presidente y me propusieron a mí. Es verdad que no me callo, me muevo mucho, intento luchar, también como mujer, porque creo que solo somos dos mujeres de casi 100 orquestas que somos jefas.
¿Ha cambiado el mundo de la verbena?
Sigue siendo igual, la gente tiene ganas de fiesta. Lo que sí hemos reivindicado estos dos años las orquestas y por lo que estamos luchando es terminar antes de las 9 de la mañana. Imagina lo que es cantar desde las 12 de la noche hasta las 9 de la mañana: Los cantantes quedaban afónicos, había muchos accidentes de tráfico por quedarse dormidos y dijimos, hasta aquí hemos llegado.
¿Entonces sería prolongar lo que se estableció en pandemia?
Claro, si en pandemia hemos estado hasta las 3 de la mañana haciendo actos de cultura segura ¿por qué no podemos terminar antes una verbena? La asociacion de orquestas profesionales lo aprobó y firmamos un acuerdo en el que nadie se quedaba hasta más de las seis de la mañana.
Ha habido un cambio importante en las condiciones de trabajo entonces.
Nos ha costado mucho. A muchos pueblos no vamos porque nos dicen que si no acabamos a las 8 ó 9 de la mañana no quieren la orquesta, pues no vamos, nos da igual.
Hay pueblos que se resisten entonces.
Sí, en 2019 yo me dediqué en cada pueblo al que íbamos, a partir de las seis de la mañana, a grabar lo que había en la plaza del pueblo, y a todos los ayuntamientos les enviaba por WhatsApp el vídeo y les decía “esto es lo que hay en tu pueblo a partir de las seis de la mañana”. Los alcaldes se sorprendían y decían “madre mía lo que hay ahí”. Aun así las 6 ya es demasiado.
¿Las mujeres de las orquestas siguen estando cosificadas?
Sigue siendo así. Tengo muy buenos músicos que son muy protectores con las cinco chicas que llevamos en la orquesta. Tenemos mucho cuidado de tener siempre a alguien que se queda toda la noche pendiente de ellas. Hay mucha gente que se mete al vestuario a querer ver cómo se cambian. Cuando llegan altas horas de la madrugada la gente no calcula bien. Cuando acaba el bolo se acercan muchos chicos a pedirles teléfonos y algunos babosean, intentamos evitarles eso, están trabajando.
¿Cuál ha sido la situación mas surrealista que habéis vivido?
En Chercos un año estábamos tocando y de repente vimos que todo el mundo se iba de la plaza porque había un chico saltando de una fuerte de 4 ó 5 metros pero no para suicidarse, sino borracho simulando que estaba en un escenario para lanzarse y que lo cogieran lo amigos. Eran las 7 de la mañana, estaban muy borrachos. Lo tengo grabado y se lo mandé al alcalde. En Fondón, había dos a navajazos, nos decían que no paráramos.
Podemos decir que el mayor problema de las orquestas a la hora de estar trabajando es el alcohol, las drogas y los comportamientos derivados de no ir en condiciones?
Sí, ese es el gran problema, la agresividad que dan el alcohol y las drogas. Si termináramos a las tres de la madrugada nunca habría ningún problema, es a partir de las tres en adelante, ahí vienen todos los problemas.
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