Manu Muñoz: “Estoy al inicio de un camino nuevo”

Manu Muñoz: “Estoy al inicio de un camino nuevo”

Evaristo Martínez
15:25 • 11 nov. 2013

Hace una década, Manu Muñoz (Almería, 1977) compartía un café en Madrid con un periodista al que acababa de conocer para hablar de la muestra que presentaba en la galería de Blanca Soto. De aquella entrevista nació una contraportada en este diario --la primera para quien esto firma-- y una buena amistad prolongada en el tiempo. Por eso, volver a unir mesa y tinta con él tiene un algo de mirar atrás y un mucho de continuar caminando hacia delante. Sobre todo cuando el artista plástico de Cabo de Gata está a punto de inaugurar una exposición pictórica que, dice, supone un nuevo punto de partida en su trayectoria.

Será el viernes 29 de noviembre cuando ‘The flight’ eche a volar en AM Gallery, en la calle de las Tiendas de la capital, donde permanecerá, por lo menos, hasta el 31 de enero. A escasos cinco minutos, en la Cervecería Alcázar, Manu Muñoz adelanta algunas claves de esta nueva aventura creativa. “El nombre viene por una obra que fui acabando poco a poco, mientras pasaban un montón de cosas, unas agradables y otras no tanto. Son dos espátulas rosadas, dos ibis volando. De ahí nace el tema del vuelo como desplazamiento o huida. Es un tema atractivo aunque tampoco quiero hacer poesía de lo que pinto. Prefiero que la imagen hable por sí sola y que cada uno saque sus propias conclusiones”, cuenta.

‘The flight’ supondrá su regreso a la capital, donde no expone desde principios de 2006; una muestra de quince obras en las que, por primera vez, también ofrecerá obra gráfica seriada, con una edición limitada de cincuenta ejemplares de una de sus piezas. “En Almería se apuesta poco por el arte contemporáneo así que no he escatimado en esfuerzo. Son obras de gran formato y de mucha carga”, apunta.

El Alcázar está mucho más concurrido de lo que muestra la foto, tomada en los coletazos de la entrevista. Sobre el chocar de vasos en la barra y el barullo de mediodía, la voz de Manu se eleva suave pero firme, como las aves a las que ha dado vida. “La gente piensa que las pinto por ser del Cabo, pero no. Empecé a pintarlas cuando vivía en Londres porque siendo de Cabo de Gata nunca había podido tocar aves de cierta entidad. Aquí la gente no tiene conciencia de un contacto con la naturaleza porque nos empeñamos en prohibir; en el Parque Natural puedes disfrutar como observador pero no lo puedes vivir. En Londres, sin embargo, podías tocar aves que están hiperprotegidas y las gente las respetaba”.

Así descubrió, por ejemplo, “la construcción matemática” de las plumas de un cisne, “su comportamiento plástico y estético”. Ese universo de aves que tanto le fascina se mezcla en ‘The flight’ con otros conceptos, como el mundo militar, “no desde una perspectiva bélica sino más romántica y literaria”. Guardias reales con banderas de rendición, soldados cuyas cabezas se desintegran. “Me interesa crear otros mundos para que la gente, y yo mismo, pueda vivir en ellos. Busco dar un giro a la realidad con una descomposición de elementos que creen algo nuevo que no se crearía de forma natural. Para eso sirve el arte, para crear lo que la naturaleza no ha hecho hasta entonces”.

Abstracción y figuración se dan la mano en sus cuadros, una obra “sin límites conceptuales ni plásticos ni de tendencias, lo que siempre había querido hacer”, asegura. “El otro día me hablaban de figuración desfigurada y ahí es donde quiero moverme, en una pintura con alusiones a lo real que te lleven a un camino abstracto o virtual. Esa es la puerta que separa las dos salas”. Y ahí aparece ‘The flight’, punto de inflexión que sitúa al artista “al principio de un camino nuevo” que será por el que transite “durante los próximos diez o quince años”.

Manu Muñoz encuentra en Cabo de Gata “la tranquilidad para trabajar, lo sencillo que es todo por la cercanía”. Eso sí, cada día es distinto. “Uno no se alimenta de puestas de sol”, exclama sonriendo. Almería capital es vía de escape y, a veces, callejón sin salida. “Todo cae a cuentagotas, los espacios municipales que siguen en pie están muy muertos, con la botella de suero burbujeando”. Por eso valora iniciativas como la de AM Gallery, y las galerías de arte en general, que ofrecen cultura de forma altruista. “Si venden tiene beneficios pero si no, su labor es la misma. Es una aportación que no existe en otro campo que no sea el arte”.







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