Por malos que sean los tiempos, siempre nos quedará nuestra afición. Esa que vio caer al equipo hasta la Tercera División y lo volvió a llevar a Primera ha madurado mucho y ahora no son tanto del Madrid o del Barça.
Me lo demuestran aguantando el tirón más de 6.000 de media en el Mediterráneo con el equipo en descenso y hasta último de la tabla sin dar una a derechas. Estamos en un año duro que nos va a venir bien a todos.
Si salimos de esta será para crecer y si tocamos la Segunda B será para volver más fuertes y escarmentados de los errores cometidos. Decía Juan Rojas (que en gloria esté), que el fútbol son ciclos y nos ha pillado uno malo de remate.
Si se baja a Segunda B no se habrá terminado el mundo. Habrá ajustes y recortes y se volverán a vender abonos (menos), para los más fieles que han logrado multiplicarse cada día. Irán los de siempre. Más vale buenos.
En Almería ya no se va al fútbol por la categoría o por el rival. Miles de sus aficionados asisten al Estadio porque juega el Almería como principal motivo y son ellos los que van a devolver a la gloria al equipo.
Un año malo lo tiene cualquiera y este mismo club llegó a caer hasta la Tercera División y fueron los jugadores de la tierra y sus más fieles seguidores los que levantaron a la entidad. Pregunten a Lázaro López.
No es fácil pasar el trago de un descenso, pero soy optimista de cara al futuro, porque Alfonso no se encontrará un solar en la grada y tendrá un mínimo de 4.000 fieles en la grada que seguirán apoyando al Almería.
Se ha creado sentimiento rojiblanco con el paso de los años. Se venden abonos para ver al Almería y no para una categoría determinada. Van más mujeres que nunca al fútbol y los niños empiezan a ser mayoría en las gradas.
No será fácil asimilarlo. Se llevará un descenso a muchos padres de familia por delante y a media cantera, pero no se acabará el fútbol. Por esto y a esto vino Alfonso García a nuestra ciudad. Ese fue el encargo que le hizo Guillermo Blanes: “Que el fútbol no se pierda en Almería”.
Tranquilos que no se perderá y volveremos a disfrutar. Volveremos a ser líderes y a saborear un ascenso. No se acaba el mundo en Segunda División B.
Pero mejor que todo lo expuesto es seguir en la Liga de Fútbol Profesional. Almería no se merece descender.
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