Le gusta lo que ve, pero habrá de su propia cosecha al cabo de algo de tiempo, aportando a la entidad unionista un excelente bagaje dentro del deporte oval. Pablo Villanueva ‘chocó’ con el rugby en el Colegio Mayor Loyola, y luego en el Universidad de Granada confirmó que este era su deporte. Es decir mucho en su caso, puesto que el deporte es su vida, licenciado en INEF como el fruto del periodo universitario. Su primer destino, Adra, fue un guiño que la fortuna hizo a la provincia de Almería, puesto que el ‘sentido rugbier’ que ya tenía su día a día le llevó a ‘alistarse’ en el Universidad de Almería, después Costa. Quiso ir más allá y progresivamente se sacó los niveles I, II y III en Sevilla, Lérida y La Coruña respectivamente, sin dejar de jugar en Costa.
Hubo un acontecimiento que lo apartó todo lo que puede apartarse un rugbier de su deporte, el nacimiento de su segundo hijo, pero la paternidad, ese gran aliado, precisamente al cabo del tiempo fue la que lo devolvió a su sitio natural, a estar en contacto con el balón oval. Gran profesor de Educación Física que ha puesto su granito de arena en la formación integral de varias generaciones de niños y niñas de los municipios de la provincia, ahora sienta cátedra en el Bahía de Almería con el inglés incorporado, y precisamente desde ese centro lanzó su regreso gradual accediendo por la puerta de los veteranos de URA, siendo finalmente, como no, preparador físico y también segundo entrenador, y se alinea con Manolo Ortiz para ayudarle con el equipo Sub-18, una joya.
Ante todo, confiesa que esa última función la seguirá realizando, pero ya se ha aclimatado a ensanchar su zona de influencia porque ha sido nombrado nuevo director deportivo de Unión Rugby Almería. Aceptó la propuesta que se le hizo desde la junta directiva por “las necesidades del club de contar con la persona adecuada, ya que Pablo Jiménez debe atender un proyecto de futuro, lo que ha hecho que se reestructure el contenido de la dirección deportiva”. Ese ha sido el principal motivo, si bien espera “que todo salga bien para Pablo y que pueda reincorporarse en una o dos temporadas”, pero además le ha empujado ser un
hombre de la casa: “El conocimiento que tengo del club ‘de toda la vida’ y de las personas que conozco ‘desde siempre’.
Una vez atendidas sus “necesidades familiares durante unos años”, Villanueva acepta el reto y confía en los raíles sobre los que marcha el proyecto: “Tengo claro que me subo a un tren que está ya en marcha, al que se le siguen dando empujones, como en una melé ordenada; no sabemos qué empujón será el definitivo, así que desde la comodidad que supone la ayuda de Pablo Jiménez, que ha sido el que ha desarrollado estos años las competencias, atenerme a las actuaciones que me indiquen él y el presidente Miguel Palanca”. En sus manos ha recaído “en principio coordinar la estructura del club en todas sus secciones, haciendo hincapié en las escuelas y academias”, considerando que “el primer equipo sería autónomo, pero se utilizaría como referencia”.
Desembarca casi directamente por el Juan Rojas, un escenario que “supone la ‘tierra prometida’ después de la travesía del desierto, lugar donde establecerse como base de operaciones, como campo propio donde desarrollar las fases y tiempos de los partidos”. No olvida “la enorme e imprescindible ayuda de la Junta de Andalucía con el Emilio Campra, que se seguirá usando, pero ahora por fin el Ayuntamiento de Almería cumple una promesa largamente esperada, y siguiendo con el símil bíblico, es como ‘el maná caído del cielo’”. El contexto que dibuja le da confianza: “Ilusión con la que afronto el reto y la ‘trampa’ de saltar al vacío sabiendo que hay una red, en forma de Jiménez, Palanca y los demás que forman la estructura del URA”.
Su principal herramienta será la cercanía del diálogo con los clubes filiales de una provincia que conoce muy bien: “Lo que haré será hablar mucho con los entrenadores y que ellos me vayan indicando los jugadores y jugadoras que hay que seguir, para ver su progresión y sus necesidades; por supuesto, en los diferentes encuentros tomaré nota de los jugadores y jugadoras destacados, pero como digo, valoro más una charla para tratar de llegar al objetivo común”. Ve Unión Rugby Almería como un todo que va a afrontar desde sus profundos conocimientos de la actividad deportiva y la didáctica: “En rugby comenzar en edades tempranas tiene la misma importancia que para los demás deportes, y la clave en esas fases es el juego y desarrollar las habilidades específicas”.
Entre “carrera, saltos, coordinación… que se pueden desarrollar en una etapa predeportiva o multideporte, que es la verdaderamente importante, si encima el niño o la niña se hace con un grupo de amigos que le van a durar para siempre en un deporte que le va a dejar estudiar y hacer otras cosas, mejor que mejor”.
En todo caso, desde una humildad que lo caracteriza, plantea consolidar: “La mejora y el crecimiento han sido tan grandes que, en los términos generales, me plantearía mantener y consolidar lo que ya se tiene, mantener el URA en División de Honor B sufriendo menos, mantener los Sub-18 y Sub-16 al mismo nivel de competición, pero llegando a él desde el primer partido, mejorar la coordinación en Liga Provincial, consolidar grupos de chicas y universitarios...”.
Es firme convencido del trabajo en las bases, “en el dilema cantera o fichajes, yo siempre me decanto por la cantera”, asegura, pero matizando: “Cuando esta no es suficiente, a veces no hay mas remedio que fichar para mantener la categoría, en la que todos queremos estar por el escaparate que supone, y, como sabemos, la cantera supone un trabajo de planificación y constancia a medio y largo plazo, que es lo que estamos tratando de hacer con los recursos limitados de los que disponemos”. Es realista al afirmar que “hoy por hoy la División de Honor A es inalcanzable”, pero “tampoco es el objetivo”, recuerda: “Sí se puede llegar a mantener la División de Honor B con lo mínimos ajustes y fichajes, con un núcleo de jugadores de la tierra o que vivan en Almería por otros motivos que no sean el rugby, trabajo, estudios...”.
Sobre su terreno, y por último, Pablo Villanueva describe el crecimiento que ha experimentado URA “como el ‘estirón’ de un adolescente”, y esto “lo acredita el nivel alcanzado en las categorías inferiores, jugando en torno a 20 partidos por temporada, y los más pequeños acudiendo a citas provinciales y encuentros nacionales”. Es así, “con ese número de partidos a ese nivel”, como “se forman los jugadores de División de Honor”. Dicho esto, lo que queda meridianamente claro es que “no hay más que persistir y mejorar ciertos aspectos puntuales del modelo”. Unión Rugby Almería dio con la fórmula desde el principio, el nuevo director deportivo lo ha vivido y ha ayudado a que así sea, pero ahora avanza a ‘talonador’ en una melé en la que los cruzados empujan más que nadie.
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