Un baño y corriendo a la línea de meta para ver llegar a sus ídolos. Cabo de Gata albergó una etapa para la historia de La Vuelta. Aunque el calor quiso acompañar al pelotón desde su salida en El Pozo, las más de cinco horas de recorrido entre la Región de Murcia y toda la costa del levante almeriense fueron una delicia para los aficionados, los corredores y los miles de seguidores que vieron el desarrollo de la carrera por televisión.
La meta se colocó junto a la Iglesia de Las Salinas, en pleno Cabo de Gata, donde amantes de la bicicleta, del Paraje Natural y la playa se reunieron alrededor del deporte. La organización fue espectacular, con pruebas para los más pequeños, palcos VIP, recepción a la autoridades e incluso una amplia zona para que la prensa trabajara junto a la fábrica de sal.
Dura etapa
Desde la salida neutralizada iba a ser muy difícil que llegara una escapada, aunque Jetse Bol puso en jaque a los favoritos y fue cazado a pocos kilómetros de meta. Pero la mala noticia del día la protagonizó el actual campeón del mundo, Julian Alaphilippe, hasta ahora uno de los mejores gregarios del líder Remco Evenepoel. Se vio involucrado en una caída en la zona delantera del pelotón en Carboneras y se lastimó la mano y el hombro, siendo atendido por los médicos y determinando su abandono.
Escapada sin posibilidades
Los protagonistas de la escapada del día fueron Jetse Bol (Burgos), Vojtech Repa (Kern Pharma) y Joan Bou (Euskaltel), aunque el equipo Alpecin no les dejó demasiada ventaja -poco más de 3 minutos-, porque los esprinters estaban ante una gran oportunidad de alzar los brazos en la línea de meta.
Una vez echada abajo la escapada se produjo el típico parón en el grupo, que terminó llegando con casi media hora de retraso sobre el horario previsto al tramo final. La organización preparó unos últimos cuatro kilómetros de vértigo, de una recta infernal junto a la playa que determinaría el vencedor de la etapa. Con velocidades claramente superiores a los 60 kilómetros por hora, la potencia de Kaden Groves, del Bike-Enchange, impuso su ley.
Un largo sprint
De hecho fue el Bike-Enchange quien dominó los últimos instantes de la prueba y dejó sin posibilidades a los grandes favoritos como Pedersen, Molano, Merlier y Van Poppel. A sus 23 años, Groves voló en Cabo de Gata y dedicó la victoria a Simon Yates, que tuvo que retirarse a causa del Covid-19. El sprinter logró así su primera victoria en una Gran Vuelta.
Impresionante
Cabo de Gata dio la vuelta al mundo con un día espectacular, con el pelotón llegando agrupado a la línea de meta, lanzando el sprint y proclamándose vencedor un joven ciclista que abría su casillero de triunfos en una de las tres grandes del mundo. Muchos corredores se quedaron maravillados porque el mar solo estaba a unos veinte metros.
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