Alguna lágrima se le escapó, normal por otra parte por el fantástico éxito que ha logrado. José Antonio Sánchez Villalobos visitó LA VOZ-Cadena SER como nuevo árbitro de Segunda División después de muchas temporadas y mucho sacrificio luchando por este bonito objetivo.
El colegiado de El Ejido, de 33 años de edad, tiene por delante una experiencia preciosa en la categoría de plata del fútbol nacional. Estamos ante un árbitro muy preparado en todos los sentidos y que tiene por delante unos cuantos años, nueve en total, para intentar llegar a la Liga de las Estrellas porque es su gran reto desde que comenzó en el mundo del arbitraje, su gran pasión desde que era un niño.
“El Comité de Árbitros me comunica el ascenso y tengo que estar en Madrid para la formación del VAR. Estaba en casa solo cuando me llamaron por teléfono; fue un momento muy bonito en el que me acordé de la familia porque siempre empuja y ayuda”.
Villalobos se pone emotivo: “Hablo de él y se me ponen los pelos de punta. Pepe Luque, en paz descanse, me guió cuando era un niño en el mundo del arbitraje. Siempre me decía que no me perdiera y que siguiera con esa ilusión. Siempre me acuerdo de él cuando recibo una buena noticia relacionada con el arbitraje. Él me marcó el camino y gracias a él aquí estoy después de 19 años, que fue cuando empecé en el mundo del arbitraje. Recuerdo que el Colegio de Árbitros estaba lleno de niños con mucha ilusión. Había 80 árbitros en aquella época en El Ejido”.
Para la historia
“Seré el primer árbitro de El Ejido en Segunda División; soñaba con llegar algún día al fútbol profesional porque siempre he pensado en grande, pero partido a partido”, dice un Sánchez Villalobos que señala lo que tuvo que sacrificar y dejar en el camino para llegar al fútbol profesional: “Sacrificas muchos momentos, algún evento familiar, bodas... incluso planificas la vida en función del arbitraje. Dejas todo por el arbitraje”, explica.
Y ¿ahora qué?: “Todo lo que me espera es muy bonito. Al subir al fútbol profesional ya eres árbitro profesional y ya exclusivamente soy árbitro, ya que en Primera y Segunda División los árbitros son profesionales”.
Su familia ha jugado un papel clave para llegar al fútbol de plata: “Son siempre los me guían porque como personas nos equivocamos... llegas a casa, vas con el bajón y siempre está ahí, apoyando. Ayuda a resetear lo antes posible para afrontar el siguiente partido con todas las ganas del mundo”.
Realista
“Ahora mismo mi mentalidad es adaptarme lo antes posible a la categoría y con el paso de tiempo ojalá pueda decir que mi meta es subir a Primera División”, explica un árbitro que tiene las cosas muy claras.
Está deseando debutar porque esperan campos bonitos: “Tengo la suerte de que pitaré en una de las Segundas más bonitas de los últimos años, con ganas de empezar. Hay estadios preciosos como el del Deportivo o el del Zaragoza en los que no he estado ni como cuarto en 1ª ni como principal”.
Aparece en la conversación el nombre de Fernández Borbalán... “Un espejo donde siempre me he mirado, un profesional y una persona que lo hemos tenido como referente. Un ejemplo tanto dentro como fuera del terreno de juego”.
Secretos de alcoba
“La primera semana después de conocer la noticia no da tiempo para asimilar todo, estaba en una pequeña nube. Tuve que viajar a Madrid, dejar a la familia... y todos los compañeros estaban como yo, una experiencia muy bonita. Cuando volví de Madrid ya empiezo a asimilar lo que pasa”, afirma.
“El VAR me gusta porque es una herramienta que favorece al mundo del fútbol; costó adaptarse, pero es útil”, señala un Villalobos que tiene un mensaje para los árbitros más jóvenes: “Que disfruten; todo llega con trabajo y esfuerzo”. Palabra de un gran árbitro.
Mabel, su mujer y nutricionista, ha sido clave
Villalobos vuelve a emocionarse cuando desvela en la entrevista que su mujer Mabel ha sido fundamental para llegar a Segunda División: “Ella es la primera que me levanta cuando no se consiguen los objetivos y, además, es mi nutricionista, por lo que me lleva todo el tema de la alimentación. El día que conocí el ascenso era nuestro aniversario de boda, fue el mejor ‘regalo’ del Comité de Árbitros”, sonríe.
Su equipo arbitral: “Tengo un equipazo y los dos andaluces. Ángel Valverde es de Málaga e Iván Ríos, de Sevilla” y de Roberto Izquierdo, su entrenador, habla maravillas “por su gran trabajo”.
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