Una llamada de Pedro Reverte cambió sus planes. La historia de José María Salmerón es la de un entrenador en el paro que en una sola semana le ofrecen dos clubes de bronce que representan a capitales de provincia. En su Escuela de Fútbol (TAE) tendrá que explicar a sus alumnos como se puede tener tanto trabajo de golpe.
El almeriense Salmerón es un tipo de palabra y habló con la presidenta del Cacereño, Ana María Macías, y le dijo la verdad. “Murcia me pilla al lado de mi casa y es un proyecto es ambicioso”.
Pedro Reverte
Nos contaba Salmerón toda la ilusión que había depositado en armar un gran Cacereño, un club con historia para llevarlo a lo más alto de la tabla cuando “una llamada de Pedro Reverte lo cambió todo”. Con el director deportivo del UCAM coincidió en el Lorca Deportiva y “al final la presidenta y su grupo no terminaba de aterrizar”. Ha estado una temporada sin entrenar pero plenamente dedicado a su Escuela TAE donde imparte clases de fútbol. “Y estaré a un paso de mis alumnos para seguirlos”.
Siempre tuvo ofertas
Son pocos los entrenadores que pasados los cuarenta gozan de su palmarés. Lo venían llamando pero los proyectos deportivos no eran de su agrado y “de golpe dos capitales de provincia que quieren ir a la Liga Profesional”. Estar parado no va con él y siempre está viendo fútbol y mejorando sus prestaciones como entrenador. “Lo que me dan en Murcia es una oferta irrechazable ya que quieren subir de categoría y están trabajando muy bien”. No le importa compartir la batalla con el Real Murcia ya que Salmerón sabe vivir “en ciudades como la nuestra donde trabajé para el Poli primero y el Almería después”, no le viene grande.
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