Mi compromiso como Alcalde de Almería se centra, en primer lugar, en los almerienses. En todos ellos. En los que han votado a mi partido y en los que no. Por eso ni quiero, ni voy a ser, un alcalde más atento a las directrices de mi partido o que esté más preocupado por no incomodar a las estructuras jerárquicas del partido en el que milito con orgullo, el Partido Popular. Si en algo han cambiado los tiempos es en la exigencia clara de los ciudadanos a sus representantes políticos para que sus demandas y necesidades sean atendidas eficazmente, con independencia de a qué partido pertenezcan o qué partido gobierne la administración correspondiente. La gente quiere políticos que resuelvan sus problemas y no políticos que no quieran crear problemas a sus jefes. Por desgracia, estamos demasiado acostumbrados a ver a políticos almerienses que a la hora de reclamar proyectos o iniciativas a gobiernos de otros partidos diferentes al suyo son tremendamente firmes y no dejan pasar ni una, mientras que cuando los proyectos o iniciativas que hay que reclamar corresponden a administraciones gobernadas por su propio partido, abandonan el tono de exigencia para pasar al más angelical de los silencios. Allá ellos con su conciencia y allá sus votantes con su condescendencia. Una de las ideas que vengo no sólo repitiendo, sino poniendo en práctica, es que soy alcalde para defender los intereses de Almería ante todas las administraciones, con independencia de quién las gobierne. En este sentido, la próxima semana me desplazaré hasta Sevilla para entrevistarme con el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, para hablar del PGOU de la capital. Almería no puede seguir más tiempo con ese documento estratégico en estado de espera y sin actualización. Por tanto, y como es una necesidad real para todos los almerienses, voy a tratar de desbloquear esa situación con el mismo espíritu reivindicativo que he tenido cuando me he reunido recientemente en Madrid con el Secretario de Estado de Telecomunicaciones, o como cuando encabecé la manifestación que exigía al Gobierno de Mariano Rajoy mejores comunicaciones ferroviarias para Almería. Ese es el espíritu que también me llevará a reunirme, dentro de una semana, con el máximo responsable de ADIF para exigir la eliminación del paso a nivel de El Puche o el arreglo y cesión de la Estación de Renfe. Eso es lo que voy a hacer yo. Otros preferirán fotografiarse ante esa Estación, pero no ante la Muralla de San Cristóbal o el Cable Inglés y seguirán sin acompañar a las familias que exigen a la Junta su Conservatorio. Y es que a las personas se las conoce por sus acciones, pero también por sus ausencias y por sus silencios.
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