Después del debate

Kayros
23:56 • 14 jun. 2016

No es cosa de responder por imposible al millón y medio de comentarios televisivos que ha originado   el debate. Si algo ha quedado claro  tras no sé cuantas horas de cháchara magistral es que estamos como al principio, sin posibilidad de pacto, por el momento. Algo, empero, me llamó la atención ; fue el exordio  que precedió al debate con intervención de los   “prima donna” de la economía de cada partido. Tenia la palabra el ministro de GuIndos y cantaba entusiasta las maravillas que había  hechp el PP sacando a España de la crisis. Como ya es un lugar común en la derecha la culpa de todo el desastre ha caído siempre   sobre Zapatero. Intervino rápido y cortante  Jordi Sevilla: Lo de Hermand Brothers no  dirás que también es culpa de Zapatero. Para mí fue una de las pocas veces en que la crisis se situaba en su origen. A los estrategas del  PP no le ha gustado nunca situar el problema  socioeconómico en su justa medida. Cogieron el tranquillo de la herencia recibida y pusieron a Zapatero como una braga. Los desastres del capitalismo. fruto probablemente te de la globalización, ya no les importó  como ganar las elecciones. Y así comenzaron los cuatro años gloriosos de Rajoy. Y digo gloriosos porque ha bastado una legislatura para que buena parte  de los españoles pidiese el cambio por  todas las esquinas. Rajoy no se cansa de decir que  él es el único que tiene un proyecto pero el resto lo que exige es lo contrario; cualquier cosa menos Rajoy. Veremos cómo se hila esta madeja de ajustes, rescates, objetivo de déficit, corrupciones, amnistías, despido libre, sueldos mínimos y empleos temporales.  Otras cosa que me llamó la atención es lo poco que interesa la cultura, y no solo en el PP, sino en los demás partidos. Aunque pagar el IVA al 21% sea también una cosa económica, a nadie le sobró un parrafito para ocuparse de la educación, la sanidad, la investigación, los jóvenes en el exilio, con las pensiones del eterno retorno etcétera. Cúlpese a la premura organizativa y a esas ansia loca de ganar una elecciones en una sentada. Rajoy acusó a sus compañeros de tribuna de hacer demasiado ruido y de venir a la política   a hacer prácticas. ¡Qué contraste con el oculto deseo de los otros por jubilarlo en Galicia  para la eternidad!







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