Me gusta esta música. Frente a la nueva orden de predicadores que comenzaron descubriendo cada mañana el mundo y han acabado reeditando el populismo peronista (el protagonismo de Irene Montero y Tania Sánchez en Podemos recuerda tanto a Evita Duarte y a Isabel Martínez- las dos De Perón de segundo apellido social- que es difícil sustraerse a esa imagen), frente a estos apóstoles del asalto a los cielos, digo, está emergiendo otra forma de hacer política que puede acabar modificando- y a la larga erradicando- algunos comportamientos que se han demostrado perturbadores de la relación que debe haber entre los políticos y la ciudadanía.
Lo sucedido en las últimas semanas con la reacción de las tres comunidades y de las provincias por las que debe pasar el Corredor del Mediterráneo es un ejemplo revelador de esa otra forma de hacer política que tiene en el rigor de los argumentos, en la persistencia en la reivindicación y en el apoyo social, el triángulo de las Bermudas en el que puede modificarse el rumbo, hasta ahora perdido en la geografía y el calendario, de la línea de alta velocidad para mercancías y pasajeros que debe unir Algeciras con Perpiñán.
Las Mesa del tren en Almería, el Foro de la región de Murcia por el Corredor, la comisión del seguimiento del AVE en Granada, la cumbre de los empresarios de Almería, Murcia, Alicante y Valencia, respaldados por los presidentes empresariales de las tres comunidades, son instrumentos de un valor formidable si coordinan sus esfuerzos.
Los almerienses estamos obligados a romper el censurable olvido inversor en la alta velocidad que hemos padecido en los últimos cinco años. Pero esa actitud, irrenunciable, se verá reforzada si la presión que se ejerce desde el gobierno y el parlamento andaluz y las instituciones almerienses, encuentran- como así está sucediendo- en las instituciones políticas y sociales y en los gobiernos murciano y valenciano sus aliados.
Por eso hay que valorar en su estimable dimensión la decisión explicita del presidente murciano cuando, al presentar el Foro por el Corredor Mediterráneo señaló, como exigencia imprescindible, la conexión con Almería. Como antes lo hiciera el gobierno y el parlamento andaluz, el presidente valenciano y, con casi inapreciable intensidad, el catalán (el problema del nacionalismo es que las ideas no llegan nunca más allá de la sombra que proyecta la boina y la bandera).
La coordinación de esfuerzos y los diseños estratégicos que superan los límites administrativos territoriales, son dos armas de destrucción masiva contra el olvido, el desdén o la discriminación inversora.
Es verdad que este tipo de estrategias son menos deslumbrantes que la algarada que propugna el populismo de derechas y el peronismo de izquierdas. Media docenas de twist en las redes sociales y una docena de camisetas con un eslogan ocurrente en los escaños del Congreso están al alcance de cualquiera y llaman la atención de los aficionados a la ocurrencia. Un argumento sostenido en datos sobre la productividad de una infraestructura no podrá resumirse, nunca, en 140 caracteres y, como nadie duda, exige un esfuerzo infinitamente mayor que encontrar una frase ingeniosa.
En el fuego cruzado de intereses contrapuestos que existe en cualquier reivindicación, el eslogan tiene la luminosidad efímera de la llama, pero, lo que de verdad quema, es la brasa vertebrada del argumento, encendida y alentada por la perseverante constancia de la presión social.
No es con frases con lo que se construye el futuro. Es con ideas. Con coordinación de esfuerzos; con alianzas estratégicas de largo circuito; con la presión estructurada de todos los agentes sociales; con la unión de todos los territorios implicados en la consecución de los objetivos compartidos.
Y en esa estrategia global para gestionar intereses compartidos – que esa sí es una nueva forma de hacer Política con mayúsculas-, las reivindicaciones almerienses deben estar lideradas por el gobierno andaluz. Sólo así podrá evitarse que los almerienses no se sientan más cerca de Murcia o de Valencia que de Sevilla.
Andalucía, Murcia y Valencia unidos por el Corredor Mediterráneo. Decididamente, me gusta esta música. Pero, para hacerla eficaz, es preciso que todos formamos parte de la orquesta. Salo así el sonido de su reivindicación irrenunciable llegará a Madrid y a Bruselas.
El próximo 11 de abril los empresarios almerienses están llamados a una cita inexcusable. Será la próxima parada de un tren reivindicativo que tuvo esta semana su penúltima parada en Murcia y la anterior en Alicante. Si los emprendedores de la provincia- y los integrantes del sector agrícola los primeros, ojo- no se movilizan y asisten masivamente a la convocatoria del día 11 sólo merecerán el desprecio de quien no tiene la dignidad de luchar por su futuro.
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