Los lenguajes

Kayros
01:00 • 05 may. 2017

Muy diplomáticamente la Reina Letizia , recién salida del Seminario de Lengua y Periodismo , nos pide a los plumillas españoles un lenguaje “ más apacible”. Ella lo puede hacer sin ninguna duda porque además de Reina es una profesional como la copa de un pino. ¿ Qué significa un lenguaje más apacible? El conflicto social anda en este momento un poco cargado por la corrupción. Como diría un vendedor de ultramarinos a quien acaban de limpiarle la caja de caudales, hay demasiados ladrones sueltos. Y ello nos tiene a todos un poco a la greña como demuestran diariamente los partidos , las fuerzas de la policía y los juzgados. De ahí que desde las alturas se nos pida contención, claridad y sutileza para diferenciar “la complejidad semántica” de lo estrictamente “informativo y jurídico” si queremos librarnos de muchas alcaldadas que no conducen a otro sitio que a la estéril confusión. También abunda en este mismo sentido la catedrática de Ética y Filosofía de la Universidad de Valencia, Adela Cortina, al exigir igualmente un lenguaje claro como corresponde al desafío impuesto por “la sociedad del siglo XXI”. Aquellos que vivimos con cierta pasión el boom del Nuevo Periodismo en Norteamérica nos preguntamos ahora por la razón o razones obligaron al fracaso del fenómeno en tan poco tiempo. Todos los promotores eran excelentes escritores y provenían de la literatura sin duda algo acuciados por el éxito editorial de Truman Capote, quien por cierto había dado en la tecla de casar la técnica periodística con la de la novela. No podemos negar que el Nuevo Periodismo produjo algunos textos memorables. Sobre todo en lo que se refiere a la entrevista in situ pero en cambio no pudo ir demasiado lejos, porque aunque otra cosa se diga por esos cursos veraniegos , el periodismo no es propiamente la literatura. Se requiere otra técnica donde la noticia sea lo fundamental para cuyo entendimiento se exige parejamente un lenguaje claro, de período corto y sin estilismos inútiles. Hoy la claridad es responsabilidad de los profesionales que trabajan en los grandes rotativos. También de los Gobiernos, de las Administraciones, los partidos políticos, la empresas y los establecimientos bancarios. Estoy de acuerdo con la doctrina de la señora Adela Cortina.







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