Cuando se rompe un canjilón de la noria de los días, empieza una Historia nueva. En esos casos, a la pregunta de Machado “¿corre todavía el agua / por el cauce que tenía?” hay que responder no: ese día se abre un cauce nuevo que le quita la razón al mismo Machado: “¡qué‚ importa un día!.../ hombre de España: ni el pasado ha muerto...” Importa mucho ese día final, porque es principio de un tiempo nuevo.
Lo pensé el día 15. Ya escribí sobre ello el domingo pasado, pero me salté el eslabón roto de la cadena, el que apagó la noche oscura y alboreó un horizonte luminoso.
Hablo, claro, de la muerte de Franco. ¿Cómo vivimos en Almería durante su larguísima agonía, qué miedo o esperanza teníamos, cómo era la vida en aquella Almería tan pequeña, cerrada, plácida, una auténtica isla de la calma separada de España por un ferrocarril y una carretera?
Porque Franco se moría. Pero no se moría. Lo agonizaban en una tortura sin piedad siquiera. Había mandado mucho, pero no podía mandar en quienes no le dejaban morir: había que anudar los nudos del atado y bien atado.
Yo, trasnochaba y madrugaba, pendiente del parte del Equipo Médico habitual: Pozuelo, Señor de Uría... y siempre lo mismo: la ascitis, las heces en melena; aquel hombre, muerto desde hacía muchos días, iba a ser convertido en inmortal.
... Y la vida seguía.
Las noticias las daba “La Voz de Almería”, dirigida por Donato León Tierno, apodado, por ello, El Cachorro: por ser un león tierno, que censuraba mis artículos: cambiaba algunas palabras.
Las emisoras de radio no podían dar noticias.
Había tiempo para hacer buena la calma, el paseo, la tertulia. Hacíamos mucha vida en la calle. Se salía de casa para, en cualquiera de los muchos cines –al menos, uno en cada barrio- ver alguna película de “destape”, y se acababa “agustico” en el Puga o en Joaquín o en El Quinto Toro o en El Topolino o cenando en Juan Pedro, tras la primera estación, de la mañana, en Los Claveles.
Perceval monopolizaba la cultura oficial, mientras que un grupo de locos, capitaneados por José María Quijote Artero, habíamos fundado el Ateneo, que hacía debate político ¡ya entonces! El Gobernador Merino, militar, en la visita obligatoria, nos dijo: “muy interesante la idea, pero Vds., los intelectuales, dedíquense a pensar; la política, déjenla para nosotros”.
El Almería jugaba en Tercera División, con Juan Rojas como capitán carismático, presidido por Franco Navarro, el hombre al que, luego, borraron la sombra de su obra.
Casi no se rodaban ya películas en Tabernas.
Para ir a Aguadulce había que dar la vuelta por Enix.
El Automóvil Club preparaba la salida del Rallye de Montecarlo.
¿Volveríamos a las dos Españas o Juan Carlos El Breve aguantaría más de lo pronosticado por Carrillo?
Se negociaba un acuerdo con Alemania para instalar los telescopios de Calar Alto, del que luego sería abogado.
Anna María y yo éramos felices aquel otoño. En setiembre había nacido Cristina, nuestra hija. Fausto acababa de cumplir tres años e iba a Jardines. Yo empezaba, con mucha ilusión y esfuerzo, a abrirme camino en la Abogacía.
... Y vivíamos con inquietud la pasión política.
No hacía frío, pero empezaba a helársenos el alma: ¿cuántas Españas habría? Yo estaba en una, que jugaba pro democracia: nos reuníamos, creíamos que en secreto, al otro lado de la Rambla -entonces, pista de auto escuelas- para hacer política. La Policía no nos molestaba más de lo estrictamente necesario, pero nos gustaba sentir la sensación de riesgo y de perseguidos.
Y el Equipo Médico habitual seguía hablando de las heces en melena.
Una noche se eclipsó totalmente la luna. De verdad. Y se dijo: de esta noche no pasa.
Estábamos aquella tarde en el Estudio de Jesús de Perceval y, de pronto, hacia las ocho, llamaron a Emilio LLorca, delegado de Información y Turismo en Almería. Se fue. Y dijimos ¡ya!
Y se murió. Se murió de verdad.
¿Qué atroz destino nos aguardaba con aquel Presidente con cara y orejas de ratón, actor de opereta, asesino siniestro, cuando dijo: “Españoles, Franco (sollozos, pausa, pañuelo, lágrimas, incredulidad) ha muerto”?
La Voz salió a primerísima hora con su portada de luto. Y en algún día siguiente se hizo rica con las esquelas que publicaron todos los Ayuntamientos de la provincia. No recuerdo haber visto jamás un periódico más fúnebre y rápido de leer.
Y los niños se desesperaban aquellos días de luto oficial porque televisión, en vez de los -pocos- dibujos animados habituales, les daba una fila -casi inanimada- de gente que desfilaba llorosa ante el cadáver del -ya no- omnipotente.
¿Hoy es siempre todavía? ¡No!
El 20-N había empezado el tiempo nuevo que, hoy, envejece.
Podemos, no puede
La Moción de Podemos ha demostrado que no puede: ser un Partido serio y no adánico que haga política seria, tener cimientos sólidos, no usar el hemiciclo del Congreso como platea de un teatro de ópera bufa...
El fin de la moción de censura es echar al Gobierno y, en su lugar, elegir un Presídete nuevo, propuesto, con su programa, en la misma moción.
¿Podía Podemos lograr ese objetivo? La moción -82 de 350- ha sido fraudulenta, ¡la víspera del 40 aniversario del 15-J!
¿El beneficiado? Padro Sánchez, ausente.
Me acuerdo de Carme Chacón
¿Es posible que cuando una persona muere no deje un rastro de memoria, que una joven y muy valiosa política haya sido olvidada a los dos meses de su muerte? La recuerdo a diario, cada vez que leo alguna de las poesías que me enviaba y, muy a menudo, cuando veo la situación catalana: “hija de padre andaluz y de madre catalana... me siento perteneciente a la nación catalana y a la nación española de manera perfectamente compatible.”
¡Cuánto podría haber hecho ahora! ¿Qué habría votado en el Congreso de hoy?
Hay días...
Como el de hoy, en que van a suceder cosas trascendentes.
Sobre la segunda vuelta de la Elecciones francesas, se puede pronosticar que Macrón, con un Partido bebé, de apenas un mes de vida, puede alcanzar una holgada mayoría. ¿La causa? Su carisma.
En España, no me atrevo a hacer conjetura alguna sobre el Congreso del PSOE, aparte la entronización de Pedro Sánchez. ¿Tendrá un futuro plácido o cainita?
¿Qué futuro le aguarda vistas las derrotas anteriores y la casi extinción del socialismo francés?
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