No cabría imaginar que la Sra. Alcaldesa de Cantoria se cobijara bajo el más débil y rancio feminismo para escribir un artículo en el que pretende anunciar su posible candidatura en las próximas municipales, cuando el principal argumento, como siempre, no es otro que denigrar profesional y personalmente a los regidores del PP que durante años han venido trabajando para la buena convivencia y el desarrollo de Cantoria. Finalmente, sin mencionarme, también ha arremetido contra mi persona por el hecho tan sencillo de llevar a sede judicial una situación de violencia verbal durante un pleno municipal, cuando yo estaba en el uso de la palabra como portavoz del PP, y un espectador me llamó en voz alta" gilipollas". Qué casualidad, quien interrumpió ese pleno con sus voceríos era el marido de la Sra. Alcaldesa quien por mínima decencia democrática hubo de ser expulsado del pleno. Como podría imaginarse hube de recurrir a los juzgados para defenderme de un claro abuso de autoridad y también para defender el derecho legítimo del uso de la palabra y resultó que el mismo sujeto, marido de la Sra. Alcaldesa fue condenado, como es de conocimiento público por el Juzgado de Huercal-Overa.
Habrá que reconocer que la situación creada desde el comienzo de esta gestión a cargo de la Sra. Alcaldesa ha estado protagonizada por incidentes de tipo personal tan reiterados que manifiestan cierta obsesión con la familia Llamas por el sencillo hecho que somos adversarios políticos, y en vez de entender las elementales reglas democráticas nos vienen tratando como enemigos a batir políticamente y personalmente. Los argumentos esgrimidos en su artículo no son más que la repetición de una colección de mentiras flagrantes. Refiriéndose a mi hermano, quien durante años fue alcalde del PP, trata de ignorar lo que es conocido de todos; que su situación judicial se debió justamente por ejercer de alcalde de todos los cantorianos y tratar de ayudar a todos, sin excepción, más allá de sus propios conocimientos legales dejándose llevar por su buena voluntad y proximidad a sus vecinos.
Queda por reseñar que el concepto de legalidad no es virtud que acompañe a la Sra. Alcaldesa y su familia. Calla astutamente que ella está condenada por expulsar al portavoz de la oposición y su condenado esposo por causas muy turbias. Calla que ambos han construido viviendas fuera de la legalidad con presuntos amaños para poder conectar la red eléctrica. También calla lo que todo el pueblo conoce; el sectarismo más descarado facilitando puestos de trabajo a familiares y amigos o por conveniencia electoral. Cualquiera puede saber que los alcaldes del PP, singularmente Pedro Llamas, jamás distinguía a nadie para acceder a un puesto de trabajo. Otra gran diferencia. Parece ignorar usted, Dª Purificación, que esto de las condenas judiciales es una plaga que afecta a Cantoria como municipio y que no respeta a nadie. Ahora le toca a usted y a su marido afrontar las condenas por ese insano afán de no aceptar las normas democráticas que rigen la vida de un pueblo.
Se refiere también y lo reconoce, a la calamitosa situación de las obras emprendidas por ese Ayuntamiento "que no son el reflejo de la ejecución del programa de gobierno que llevó ante los vecinos en las elecciones". No ha de preocuparse por ello, ninguna sorpresa, la ineficacia, la falta de capacidad y la propaganda son elementos propios y comunes de quien no sabe nada, absolutamente nada de una gestión. Menos aún de la gestión pública. Aquí, lo que interesaba e interesa es seguir cobrando a fin de mes del erario público de los impuestos de todos los vecinos de Cantoria, más las gangas y prebendas aparejadas al cargo.
Resumiendo, que usted ha debido hacer público las deficiencias de su gestión y como cualquier irresponsable, ha buscado el victimismo señalando lo más próximo y lo más burdo; los anteriores alcaldes del PP, y ahora mismo a mi persona como portavoz de la oposición. Ese es el pobre argumento de quien no puede esgrimir algo más sólido y se refugia en una palabrería que choca en los juzgados y en la opinión pública.
La vida es muy compleja y la solución a su situación y su fracaso no es tan sencilla. Así que se reviste de la supuesta fragilidad de una mujer, se ampara en un feminismo de cartón piedra y pretende cubrir las vergüenzas de todo esto con una capa de lamentos, cual nueva Caperucita Roja que aparece en Cantoria huyendo del lobo. Ya sabe, el lobo; juzgados, tribunales, testigos falsos, condenas, costas judiciales, etc. etc. Todo eso que le hará volver a la cruda realidad de su fracaso.
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